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De fábrica a museo

Málaga perdió dos fábricas casi centenarias en menos de tres años: la planta de embotellado de Larios y la factoría de Cervezas Victoria. Donde hasta hace seis meses se envasaban vodka, ginebra, vinos y brandy, ahora Pernod Ricard -la multinacional francesa que a principios de 1998 compró la tradicional licorera malagueña- tiene casi acabado un museo. Un espacio para evocar lo que un día fue. Cervezas Victoria no corrió mejor suerte tras su adquisición por el grupo Cruzcampo, de Guinnes, a comienzos de los 90. En aras de la "optimización de recursos", la multinacional irlandesa dio cerrojazo. La fábrica cerró con 400 millones de facturación y 30 millones de litros de producción. Ahora los licores Larios se embotellan en Manzanares (Ciudad Real) y la cerveza Victoria se elabora en factorías repartidas por España. Ambas empresas han mantenido sus centros de distribución en Málaga, pero sus plantillas se han reducido a la mitad. La planta de producción de Cervezas Victoria dejó de funcionar en julio de 1996. La embotelladora de Larios se paró a finales de 1998. En los últimos cuatro años, el sector de la alimentación en Málaga perdió cerca de mil empleos por la concentración de la producción.

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