Arafat aplaza la proclamación de un Estado palestino independiente hasta el próximo junio
Yasir Arafat no proclamará el Estado palestino el próximo 4 de mayo. El Consejo Central de la OLP (Organización para la Liberación de Palestina), reunido en Gaza, ha optado por prolongar los debates sobre la independencia y sobre el futuro de su país hasta pasadas las elecciones israelíes, previstas para el 17 de mayo y el 1 de junio. El aplazamiento ha sido acogido con entusiasmo, casi como una victoria personal, por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. El debate sobre el futuro Estado de Palestina, iniciado el pasado martes 27 de abril en Gaza, permanecerá estratégicamente abierto, sin llegar a ninguna resolución, hasta el 4 de junio, tres días después de que se celebre la segunda vuelta de las elecciones israelíes. Esta decisión, ambigua y complicada, es una resolución de compromiso entre los sectores del Consejo Central de la OLP que reclamaban el aplazamiento de la declaración por un año -requerido por la Unión Europea y EEUU-, y los más radicales que exigían que el 4 de mayo se proclamara puntualmente el Estado de Palestina, tal como había prometido Arafat los últimos meses.
El presidente de la Autoridad Palestina, defensor a ultranza de aplazar la proclamación del Estado palestino, aseguraba ayer, dirigiéndose a los miembros del Consejo, que "no se debe santificar el Estado pues lo sentimos día a día; más vale velar por los intereses palestinos". Las palabras de Arafat, desdiciéndose de las antiguas y reiteradas declaraciones en las que había asegurado que el 4 de mayo era una fecha sagrada, se vieron apoyadas por un comunicado de la agencia de prensa palestina Wafa: "Estamos atravesando un periodo delicado en la historia de nuestro pueblo y debemos estar con los ojos bien abiertos porque el camino es largo y difícil".
La contestación más radical y dura al aplazamiento de la proclamación del Estado palestino partió del partido de Arafat, Al Fatah. Algunos de sus portavoces no han dudado en calificar la demora como "una catástrofe". El aplazamiento cuenta paradójicamente con el apoyo del Movimiento de la Resistencia Islámica (Hamas). "Es una buena decisión [el aplazamiento] porque debemos actuar con precaución y estudiar, precisamente y bajo todos los aspectos, la coyuntura árabe y palestina", ha asegurado Ismail Abu Chanab, portavoz de Hamas.
El primer ministro israelí Benjamín Netanyahu acogió ayer con entusiasmo la decisión de aplazamiento, convirtiéndola incluso en un éxito personal. Netanyahu recalcó, en unas declaraciones efectuadas a la radio, que "Arafat ha dado marcha atrás y ha hecho bien, ya que la proclamación de un Estado habría provocado el fin de los acuerdos de Oslo y el hundimiento del proceso de paz".
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