El informe pericial sobre los vertidos en el marjal de Tavernes revela agresiones hidrológicas y ecológicas

El informe pericial ecotoxicológico realizado a petición de la titular del juzgado de instrucción número 4 de Sueca, que investiga el aterramiento del marjal de La Safor en el término municipal de Tavernes de La Valldigna, revela que las actuaciones supuestamente ilícitas suponen graves agresiones hidrológicas y ecológicas en el maltrecho humedal. La magistrada Amparo Tur estudia desde otoño un supuesto delito ecológico cometido en la partida de El Ràfol, de Tavernes y enclavada en el marjal, por la empresa propietaria de la finca, Mármoles Compac, SA, ubicada en Gandia y que desde hace años ha aterrado las lagunas del humedal con lodos de mármol, un residuo de este tipo de industrias. En el informe pericial elaborado por el ecotoxicólogo forense Luis Burillo, se revela que el terreno, cuando menos, constituye un vertedero incontrolado, puesto que "los accesos a las parcelas objeto de las diligencias carecen de cualquier limitación de paso o vigilancia, así como de selección, pesado o control alguno de los residuos allí depositados". Pero lo peor es que la finca, según reza el informe, "ha sido utilizada como vertedero de residuos sin reunir las características geológicas, hidrológicas y ecológicas propias de tal tipo de instalaciones y sin arbitrar, por parte de los responsables, las medidas de gestión, seguridad y control necesarios para que este tipo de instalaciones reduzcan al mínimo su perjuicio sobre el ecosistema". Más inundaciones Así, en cuanto a la transformación hidrológica del marjal, Burillo afirma que "otro impacto ambiental de estos aterramientos, especialmente intenso en el caso que nos ocupa, viene referido a la ateración del patrón de inundabilidad natural de los terrenos". Y lo explica: "Disminuyendo la superficie anegadiza, no solo se reduce el hábitat acuático, sino que se incrementa el riesgo de inundaciones en otras zonas del marjal que presentan menor cota de elevación sobre el terreno (incluyendo campos de cultivo y edificaciones)". No en vano, esta zona es una de las de la Comunidad Valenciana que más frecuentemente se inunda. Crecidas que hasta obligan a cortar la vía férrea entre Valencia y Gandia. Este efecto perverso se debe, explica el experto, a que "el aporte de materiales de desecho de menor granulometría y permeabilidad [los lodos de mármol] que el sustrato natural puede actuar a modo de barrera, interrumpiendo el acuífero y desviando la escorrentía subterránea hacia otras zonas del marjal". En cuanto a los problemas ecológicos que suponen este tipo de aterramientos, tradicionalmente frecuentes en la mayor parte de los humedales valencianos, el ecotoxicólogo menciona a la juez la presencia de varios trabajos científicos que destacan los valores medioambientales del marjal de La Safor. Entre ellos, uno donde se describe la presencia de tres plantas endémicas (que sólo se dan en la Comunidad Valenciana), 11 especies catalogadas como raras o muy raras y otras tres amenazadas de extinción. También menciona que en el humedal hay seis comunidades vegetales "de un interés especial por conformar hábitats propios de zonas húmedas objeto de protección por el convenio Ramsar", esto es, el más importante pacto internacional sobre humedales. En cuanto a la fauna amenazada, el estudio revela que muchas de las especies afectadas están protegidas por normativas europeas, nacionales y valencianas. Pese a este informe y pese a la investigación judicial, los aterramientos en el marjal han proseguido en los últimos meses (véase EL PAÍS del lunes 26 de abril). La transformación del humedal en campos de cultivo de cítricos o de hortalizas, mediante la extracción con excavadoras del limo fértil y el relleno de las balsas con escombros y otros residuos (hasta bidones fitosanitarios se han hallado en El Ràfol), siguen siendo frecuentes. E impunes.