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Ensayan en una planta piloto enriquecer el polvo de acería para su reciclaje El único vertedero existente en Euskadi estará saturado en 7 años

El polvo de acería, un residuo tóxico que resulta de la producción siderúrgica, puede volver a ser un problema en Euskadi. Desde 1994 los diez aceristas vascos recogen este producto con filtros, lo inertizan y lo depositan en un vertedero. Pero éste, situado en Azkoitia, estará lleno en siete años y para entonces las empresas tendrán que encontrar una solución alternativa. Los aceristas asociados en Oñeder promueven una planta piloto para enriquecer el residuo y hacer posible el reciclaje y recuperación de algunos minerales.

"Toda la vida el polvo de acería ha salido por las chimeneas. Su tratamiento en el País Vasco, y sólo en las acerías, se remonta a hace cinco años", señala Xabier Elías, gerente de Oñeder. Las diez acerías vascas (Sidenor, GSB, Arregui, Tubos Reunidos, Marcial Ucín, Aristrain, Esteban Orbegozo, Nervacero, Altos Hornos de Bergara, y ACB) producen cerca de seis millones de toneladas de acero. Y por cada una de ellas se genera unos 15 kilos de polvo, entre 75.000 o 80.000 toneladas al año. Sin embargo, se genera más polvo en el País vasco que no es tratado ni controlado, pese a que la ley así lo exige. Las fundiciones que trabajan con acero también generan polvo, que en ocasiones o no se capta con filtro, o si se capta se deposita en vertederos de residuos sólidos urbanos (basureros), es decir, está fuera de control. De hecho, sólo en 1996, de las 70.000 toneladas producidas por las funciones de acero en España, un 66% correspondió a las del País Vasco. Los aceristas vascos trabajan asociados desde 1994 en Oñeder, planta de inertización que debe renovar su licencia el próximo año. En esta instalación, además de convertir el polvo de acería en un residuo no tóxico que luego es depositado en el Vertedero Hierros Egino (cuyos propietarios participan en la empresa), se gastan unos 60 millones al año en investigación y desarrollo (I+D). El tratamiento del polvo de los diez fabricantes de acero permite a Oñeder facturar 600 millones de pesetas y obtener un 10% de esta cifra de beneficios. Pero sus socios saben que la fuerte sensibilidad social en temas de medio ambiente va a impedir que ningún ayuntamiento autorice la apertura de un nuevo vertedero que sustituya al de Azkoitia, que estará repleto en siete años. Es por esta convicción por la que han instalado una planta experimental que permite enriquecer el polvo de acería que se genera en Euskadi para ser luego reciclarlo. Este proyecto se ha desarrollado en colaboración con el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el centro vasco de investigación Inasmet y el Departamento de Medio Ambiente. La prueba se va realizar con 300 toneladas de este residuo. Los responsables de Oñeder no quieren desvelar dónde se encuentra la planta para no tener problemas con grupos ecologistas. Residuo pobre En Euskadi ya existe una instalación de tratamiento de polvo de acería situada en Barakaldo, la de Aser, del grupo Befesa. En ella se recicla solamente polvo de importación. Los responsables de Aser afirman que están dispuestos a realizar inversiones para ampliar sus instalaciones y recibir el polvo de acería vasco. El problema, según los aceristas, es que el proceso, además de caro, no es de momento útil para su residuo. El polvo importado que se trata en Aser cuenta con un 30% de zinc, mientras que el que se genera en Euskadi tan solo cuenta con un 10% o 15%. Aser, que extrae zinc y plomo del polvo trata, penaliza vía precio a las empresas cuyo residuo no alcanzan ese porcentaje, lo que hace que el tratamiento no sea rentable para los aceristas vascas. El experimento que éstos van a desarrollar este año en la planta piloto tiene como objetivo enriquecer el polvo para que pueda ser reciclado de acuerdo con el sistema establecido por Aser, de modo que el reciclaje salga rentable a los productores. El bajo porcentaje en zinc del polvo de acería vasco responde a las materias primas que se utilizan. Para hacer acero, en función de la calidad final del producto, se usa mineral o distintos tipos de chatarra. En en el País Vasco, al utilizarse sobre todo chatarra, el residuo tiene poco zinc. Un portavoz de Aser ha asegurado que su empresa está dispuesta a hablar y asumir el proceso. "La iniciativa la tienen que tomar los aceristas. Al final se trata de alcanzar un acuerdo de precios. Befesa es un grupo en proceso de expansión y el grupo sería ágil si fuera necesario. Se haría una inversión y una nueva planta", señala. Los aceristas trabajan contra reloj y saben que su vertedero, en el que sólo puede entrar el residuo que ellos generan, estará lleno en siete años, ya que Euskadi es lugar del mundo donde se da la mayor concentración de acerías. El sistema actual de almacenamiento e inertización resulta rentable y mientras se pueda, se mantendrá. Los aceristas llevan actualmente el polvo en camiones cisterna hasta la planta de Oñeder en Azkoitia y descargan con aire. Sin embargo, el Ayuntamiento de la localidad no mira con buenos ojos las instalaciones y pone objeciones a que se procese en ellas el polvo de acería generado en otras localidades. A su entender tan sólo se debería tratar el generado en Azkoitia por la siderúrgica GSB.

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