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GUERRA EN YUGOSLAVIA La posición española

Aznar sólo ha reunido una vez el gabinete de crisis

Miguel González

La Comisión Delegada del Gobierno para Situaciones de Crisis sólo se ha reunido una vez desde que empezaron los ataques de la OTAN. Lo hizo el pasado 5 de abril, en La Moncloa, bajo la presidencia de José María Aznar y con asistencia de los dos vicepresidentes y los ministros de Exteriores, Defensa, Interior y Trabajo. A su término, Aznar anunció la aportación de 8.000 millones de pesetas para atender a los refugiados y la creación de una comisión interministerial, dirigida por Francisco Álvarez Cascos, para coordinar la ayuda humanitaria. Durante la Semana Santa funcionó en el Ministerio de Asuntos Exteriores una Célula de Crisis, presidida por el secretario general de la Agencia Española de Cooperación Internacional, Luis Espinosa, que preparó el envío de dos aviones con alimentos y medicinas a Macedonia y Albania.

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¿Y la guerra? A pesar de que los aviones españoles intervienen directamente en los bombardeos, el Gobierno no ha considerado necesario crear un organismo para el seguimiento de las operaciones. En el Estado Mayor de la Defensa se ha activado con carácter permanente el puesto de mando y dos veces al día se celebran videoconferencias en las que, además del Ministerio de Defensa y los cuarteles generales y mandos operativos de los tres ejércitos, se conecta en directo con la base italiana de Aviano, donde están desplegados los F-18.

Pero el jefe del Estado Mayor de la Defensa, el teniente general Santiago Valderas, sólo despacha con el ministro Eduardo Serra, quien a su vez lo hace semanalmente con el presidente del Gobierno. Las relaciones entre Asuntos Exteriores y Defensa se mantienen a través de los cauces ordinarios y no existe un foro en el que los altos cargos de ambos ministerios intercambien con regularidad análisis y puntos de vista. Ello explica, seguramente, por qué las declaraciones públicas de Matutes y Serra son con demasiada frecuencia disonantes.

La Dirección de Infraestructura y Seguimiento para Situaciones de Crisis, radicada en La Moncloa y dependiente del secretario general de la Presidencia, Javier Zarzalejos, se limita en la práctica a recabar información para José María Aznar.

El aparente desinterés por la marcha del conflicto, igual que la falta de iniciativas para financiar su coste, parece responder a la misma concepción: más allá del problema humanitario, ésta es una guerra de la OTAN por la que el Gobierno español no se siente concernido.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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