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GUERRA EN YUGOSLAVIA La posición española

España no descarta ningún tipo de medidas para imponer el alto el fuego a Milosevic

Aznar se alinea con el sector de la OTAN partidario de mantener hasta el final los bombardeos

El Gobierno español es partidario de "no descartar ningún tipo de medidas que permita llegar a nuestros objetivos" en la guerra de Kosovo, aseguró ayer su presidente, José María Aznar. En línea con el sector más duro de la Alianza, Aznar auguró ayer que el presidente serbio, Slodoban Milosevic, aceptará las condiciones de alto el fuego impuestas por la OTAN cuando no tenga más remedio. "No creo en la conversión de nadie", añadió.

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En una conferencia de prensa, al término de la segunda jornada del Consejo Atlántico, Aznar respaldó la decisión de la OTAN de impedir por los medios que sea necesario -"bombardeo de instalaciones, inspección de buques o minado de puertos", dijo- el suministro de carburante a las Fuerzas Armadas serbias. Los planes y las diferentes alternativas serán estudiadas esta semana por el mando militar de la OTAN y sometidos a la aprobación de los ministros de Defensa de la Alianza. El ministro español, Eduardo Serra, adelantó ayer por la mañana que España estudiará la posibilidad de participar en las misiones navales de bloqueo si así se los pide la Alianza. Actualmente tiene destacada una fragata y un buque de suministros en el grupo de operaciones que la OTAN tiene en el Mediterráneo. El incremento de las campañas aéreas contra Yugoslavia hasta permitir el despliegue, con autorización de Belgrado o sin ella, de una fuerza militar internacional en Kosovo decidida en Washington es, en opinión de Aznar, la "estrategia correcta". El presidente del Ejecutivo pidió que no se especulase con la posibilidad de una ofensiva terrestre, sobre las que dijo "ha podido leer unas cuantas tonterías". Los portavoces de la OTAN, en los últimos días, al mismo tiempo que reiteran que no se descarta ninguna medida que obligue a Milosevic ha aceptar el alto el fuego, se muestran reacios a hablar de una invasión terrestre de Kosovo.

Aznar también se mantuvo en la línea más oficial al afirmar rotundamente que el nuevo Concepto Estratégico aprobado ayer en Washington "no convierte a la OTAN en el gendarme del mundo". Aznar aceptó que la OTAN, al definir la base legal de sus intervenciones, o el ámbito territorial de actuación o las nuevas misiones que se ha autoimpuesto ha procedido con una cierta ambigüedad para preservar el necesario consenso entre los 19 miembros. Frente a la interpretación del presidente del francés, Jacques Chirac, de que las intervenciones de la OTAN requieren la aprobación previa del Consejo de Seguridad, Aznar se alineó con la interpretación del secretario general de la OTAN, Javier Solana, en el sentido de que la Alianza sólo se compromete a respetar los principios de la Carta de las Naciones Unidas como ya lo hace en el Tratado de Washington.

Y cuando se le pidió una precisión sobre el nuevo ámbito de actuación de la OTAN dijo: "La zona euroatlántica es la que es. Y si hubiéramos querido definirla con más precisión, lo habríamos hecho".

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