_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Aprendiendo del pasado

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Decía Séneca que lo peor que puede sucedernos es conformarnos, limitarnos a un solo libro -a un reducido número de libros- como única fuente de conocimiento, puesto que ello implica una interpretación estrecha y distorsionada de las cosas, y, a menudo, dogmatismo e intolerancia. Por tanto, resulta imprescindible la lectura de abundantes textos, con criterios y pareceres diversos -incluso enfrentados- para forjarse una visión objetiva de la compleja realidad que nos rodea y poder actuar en consecuencia. La Generalitat Valenciana, consciente de ello, ha dedicado una de las mejores piezas de nuestro patrimonio arquitectónico, el Monasterio de San Miguel de los Reyes, cuya rehabilitación hoy presentamos, a lo que ya es una realidad: la Biblioteca Valenciana. Esta realidad ha sido fruto de un laborioso proceso. Desde la elección del lugar adecuado como sede, pasando por la aplicación de una política plural de estudio e investigación del modelo de biblioteca adecuados y por una planificación de adquisiciones para contar con las colecciones más representativas de la bibliografía valenciana, a la previsión de todas las referencias culturales y sociológicas valiosas para nuestra tierra. Se ha realizado un esfuerzo considerable, que proseguirá con el incremento y diversificación de sus fondos, a fin de que el caudal bibliográfico esté en consonancia, en cantidad y calidad, con la tradición culta del espacio que la alberga, al tiempo que sintoniza con las demandas culturales y de información de los ciudadanos. En el decreto por el que se crea, la Biblioteca Valenciana es definida como el centro superior bibliotecario de la Generalitat y depósito bibliográfico de la Comunidad, donde se satisfagan tanto las peticiones de alta investigación como los programas de difusión puramente informativos. Nace, pues, con el propósito de ser nuestro principal foco de irradiación bibliográfica y de información. Es fruto de una larga apuesta por el libro y todas las artes auxiliares que concita. En este sentido, cabe recordar que no en vano nuestros predecesores figuran entre los pueblos que utilizaron la imprenta coetáneamente a Gutemberg, por lo que contamos con una fecunda tradición en esa materia. Pero hablando de continuidad y tradición, el Monasterio de San Miguel de los Reyes constituye uno de los complejos arquitectónicos más notables que se pusieron en marcha en la Valencia del siglo XVI. Fundado por el Duque de Calabria, Fernando de Aragón, en él se instaló la valiosa biblioteca que éste poseía y que, en buena parte, había heredado de Alfonso el Magnánimo. San Miguel de los Reyes puede considerarse como la culminación de la arquitectura renacentista valenciana. Sin olvidar que el Renacimiento se introdujo en tierras hispánicas a través de la Comunidad, que -dada la configuración geopolítica de la Corona de Aragón- estaba íntimamente relacionada con Italia, con el Reino de Nápoles. El proyecto arquitectónico primitivo, concebido como un monasterio con una iglesia central, claustros a ambos lados y panteón real, se fundamentaba en la idea, tan característica del Renacimiento, de integrar en un continuo conceptual arquitectura, literatura, filosofía y teología. Aunque, lamentablemente, el proyecto no se ejecutara en su totalidad, la capilla musical y la biblioteca quedaron como sus plasmaciones más deslumbrantes. En la rehabilitación de San Miguel de los Reyes se ha conjugado un doble objetivo. Por una parte, el rescate para la memoria de todos los valencianos de uno de los ciclos culturales más brillantes de nuestra historia: el correspondiente a la corte pletórica de genio y cultura del duque de Calabria. Por otra parte, la recuperación física de un patrimonio de un valor arquitectónico señero, con una utilización social vinculada al origen y la ideología que presidió su construcción: el hecho cultural. Para conmemorar la presentación de la rehabilitación de San Miguel de los Reyes nada mejor que seguir apelando a la tradición, al pasado, mostrando un monumento cultural de primer orden, como es el material bibliográfico reunido en la exposición La Biblioteca Real Napolitana desde Alfonso el Magnánimo al Duque de Calabria (1442-1550), que hoy se inaugura en el monasterio. La muestra abarca un siglo largo de nuestro pasado político y cultural. Da cuenta de la historia de esta biblioteca -cuyos fondos actualmente se conservan en Valencia, en París, en el Escorial y en Nápoles- y que fue fundada por Alfonso el Magnánimo, el rey que posibilitó un siglo de oro para las artes y las letras a ambas orillas del Mediterráneo. También arroja luz sobre el enriquecimiento de sus sucesores, los soberanos de la dinastía aragonesa en Nápoles -reyes bibliófilos y amantes de las artes-, culminando con las aportaciones del Duque de Calabria. La exposición, espléndida simbiosis, demuestra cómo el hecho cultural valenciano siempre ha gozado de una internacionalidad enriquecedora y propiciatoria de nuestra creatividad. Por ello, en un día tan significativo para las instituciones autonómicas y para los valencianos como el Día del Libro, es para mí un motivo de orgullo comenzar la andadura de la Biblioteca Valenciana con esta ambiciosa exposición. Una exposición que especula en torno a nuestro pasado y -como todo hecho estético que se precie- en torno a nuestro presente, invitándonos a reflexionar a la luz de las enseñanzas que ofrece ese brillante pasado.

Consuelo Ciscar Casabán es directora general de Promoción Cultural, Museos y Bellas Artes.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_