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Disturbios en Managua tras la muerte de un joven a manos de la policía

Nicaragua vivió ayer una de las jornadas más tensas y emotivas de los últimos años. La muerte, el martes, del estudiante universitario de 24 años Roberto González, por un disparo de un policía antidisturbios, se convirtió ayer en una muestra popular de rechazo al Gobierno del conservador Arnoldo Alemán y de clamor para que el 6% del Presupuesto de la República vaya a parar a las universidades.

Anoche, en las principales vías de la capital de Nicaragua ardieron llantas y se levantaron barricadas con adoquines que impedían el tráfico hasta que, a primeras horas de la mañana, cientos de personas se acercaron a la iglesia de la Colonia Centroamérica, el barrio donde vivía Roberto González, para celebrar las honras fúnebres. Tras la ceremonia, miles de personas marcharon hacia la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN), en donde el joven estudiaba tercer año de Derecho. Los ánimos están caldeados y el suceso ha vuelto a evidenciar la polarización política. El presidente Alemán acusó a "ciertos sectores", en referencia a la oposición sandinista, de querer aprovechar la lucha estudiantil para incendiar el país. Mientras, un grupo de destacados sandinistas retirados del Ministerio de Gobernación (Interior) y del Ejército emitieron un comunicado en el que amenazaban al presidente con "pasar a la acción en caso de que el Gobierno no cesara en sus constantes violaciones al Estado de Derecho".

En el acto celebrado ayer en homenaje a Roberto González en el recinto Rubén Darío de la UNAN, en el cual se pudo identificar a varios policías vestidos de civil, participaron los principales líderes universitarios y el ex presidente de Nicaragua, el líder sandinista Daniel Ortega, que mostró su absoluto apoyo a los estudiantiles. Ortega, sin embargo, se mostró más moderado que en días anteriores cuando amenazó con la lucha armada y culpó al Gobierno de provocar inestabilidad.

Balas de verdad

Roberto González murió durante la ocupación del Banco Central de Nicaragua que 80 universitarios protagonizaron la tarde del martes. "Los dictámenes establecen que fue una bala de caucho la que mató al estudiante. La Policía seguirá usando esas balas para no tener que recurrir a las de verdad", dijo el jefe de la policía, Franco Montealegre. La noticia de la muerte de González se extendió, en la tarde del martes, como la pólvora entre los universitarios que protestaban en diversos lugares de Managua y pocos minutos después un grupo de estudiantes y de habitantes de los barrios cercanos atacaba la sede del oficialista Partido Liberal Constitucionalista (PLC), donde destruyeron dos camionetas y causaron diversos daños materiales. Desde el interior de las oficinas centrales del PLC dos personas repelían el ataque de piedras y morteros caseros con una pistola y un fusil de asalto AK 47. Ante los disparos, los asaltantes se replegaron hacia el recinto universitario de la Universidad Centroamericana en donde, tras quemar un coche patrulla de la policía y retener a los dos agentes que la ocupaban, atacaron con fuego de morteros caseros la Comisaría Central de la policía. Las fuerzas de seguridad respondieron al ataque con ráfagas al aire de fuego real. El recuento tras los incidentes indicaba hasta doce heridos, dos de ellos con heridas de bala y 77 detenidos.

La protesta por el 6% del Presupuesto Nacional para las universidades es una vieja reivindicación estudiantil reglamentada por la Constitución. Lo que la ley no aclara es si los ingresos provenientes de donaciones y préstamos de la cooperación externa (un 30% de los gastos del Gobierno) entran dentro de la ley presupuestaria. Esta ambigüedad ha provocado ya tres muertos en los últimos cuatro años.

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