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Los socios de Cuerda pedirán la dimisión del concejal de Urbanismo si el Ayuntamiento rechaza el plan del suelo

La intervención del concejal de Urbanismo de Vitoria, Álvaro Iturritxa, en las negociaciones para el plan municipal de suelo, a pesar de que él mismo es uno de los propietarios afectados, ha generado revuelo en el Ayuntamiento. El alcalde, José Ángel Cuerda, defendió ayer a su concejal -ambos pertenecen al PNV- al asegurar que "no ha hecho nada que se le pueda reprochar; todo el mundo lo sabía". En cambio, su socio de gobierno, Unidad Alavesa, anunció ayer que pedirá a Iturritxa que deje su cargo si en el pleno municipal del viernes no se aprueba el convenio urbanístico, que supondría la adquisición por parte del Ayuntamiento de 6,2 millones de metros cuadrados en dos zonas por donde crecerá la ciudad. El concejal foralista José Antonio Pizarro así lo avanzó ayer. Iturritxa posee una parcela de 15.541 metros en esa zona. Al estar directamente afectado por el convenio, deberá ausentarse de la votación. Esta circunstancia dejará al equipo de gobierno en una difícil situación. Al perder a Iturritxa, el PNV y UA quedarán con 13 concejales, pero la ley obliga a que este asunto obtenga una mayoría de 14 ediles, al menos el punto donde se dice que el contenido del convenio se incluirá en el futuro Plan General de la ciudad. Pero sin esa cláusula, admitió Cuerda, el plan tendrá "un valor testimonial". Aunque el equipo de gobierno corre el riesgo de que el proyecto quede rechazado, el alcalde admitió tramitarlo en el pleno que se celebrará el viernes. Para entonces confía en buscar apoyos. El único grupo indeciso es HB, que se abstuvo en la Comisión de Urbanismo donde se trató el tema previamente. Pase lo que pase en el pleno, todo el plan quedará supeditado a que lo ratifique la próxima corporación. El alcalde ofreció ayer un dicurso de resignación ante la posibilidad de que su gran proyecto de los últimos tres años quede congelado. La oposición, no obstante, espera de Cuerda alguna sorpresa en la sesión plenaria. Entre las posibles opciones, negó que vaya a destituir a Iturritxa para que su puesto lo ocupe un miembro del PNV sin intereses en Salburua y Zabalgana, y de ese modo obtener los 14 votos. El PSE pide la dimisión El alcalde hubiera preferido antes que nada evitar toda esa complicación mediante "un consenso de una amplia parte de la oposición". Pero ningún partido apoya su proyecto urbanístico. El PSE, lejos de aceptarlo, asegura que el Ayuntamiento perdería con el convenio más de 18.000 millones. Por eso sostiene que recurrirá a los tribunales si de algún modo se aprueba en el pleno. En todo caso, los socialistas pedirán la dimisión de Iturritxa "por dignidad". "Es inmoral que estuviera negociando el convenio y al mismo tiempo fuera propietario. Además, ¿por qué no comunicó antes a la opinión pública que era dueño de unos terrenos", criticó el concejal Patxi Lazcoz. Éste cree además que "la sola participación [de Iturritxa] en las negociaciones supone la anulación de todo el plan". El PP, en cambio, defiende la "honorabilidad" del concejal de Urbanismo. "Estoy seguro", comenta el candidato a la alcaldía Alfonso Alonso, "de que ha defendido el interés general y no el suyo particular". Los populares proponen olvidar el convenio y "consensuar entre todos los grupos un Plan General de mínimos antes de las elecciones".

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