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Los pequeños operadores de bingo temen que las videoloterías les saquen del negocio

VIENE DE LA PÁGINA 1 El sector de los bingos catalán tiene 68 establecimientos. Varias de estas empresas han echado el cierre y padecen el estigma de sentir anticuada su oferta. Hace dos años, el grupo Cirsa, tradicionalmente dedicado a las tragaperras pero propietario histórico del bingo Egara de Terrassa, emprendió una ofensiva para controlar la cuota del mercado de bingos. Ahora Cirsa posee 34 bingos en toda España y 11 en Cataluña, confirman fuentes oficiales de Cirsa. Muchos de ellos adquiridos por cantidades consideradas "por encima de mercado", según fuentes del sector. Algunos expertos calculan en más de 10.000 millones lo invertido en bingo por el propietario de Cirsa, Manuel Lao, y su nuevo grupo L&G. Esta ofensiva comenzó en 1997 y les permite controlar más del 16% del sector en Cataluña y en algunas zonas, como Lleida, el 100% del mercado. Las videoloterías permiten acumular una parte de los premios y añaden alicientes para el jugador. La nueva reglamentación les abre camino en los bingos, siempre que se canalicen a través de la EAJA. Esto daría pie a Rasca-rasca virtuales o a Toc y Super-toc con premios acumulados y los pequeños bingos temen que ello les saque del negocio. El sector espera impaciente el próximo paso de la Generalitat y cuáles serán los criterios con los que se adjudicarán los servicios de las videoloterías. "Seguro que las empresas de Artur Suqué y de Manuel Lao tienen que ver con ello", afirma Miguel Durán.

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