España refuerza con otros dos "cazas" F-18 su aportación a los ataques

España ha accedido a la petición de la OTAN para reforzar con otros dos cazas F-18 su participación en los ataques aliados contra Yugoslavia. Hasta ahora, España contribuía con cuatro F-18 y un Hércules C-130 de reabastecimiento en vuelo, por lo que el incremento de los aviones que intervienen directamente en los bombardeos es del 50%. Los dos cazas, pertenecientes al Ala 12 del Ejército del Aire con base en Torrejón de Ardoz (Madrid), se incorporarán al Destacamento Ícaro, desplegado en la base italiana de Aviano.

El aumento de la contribución española responde a la petición del comandante supremo de la OTAN para Europa, el general estadounidense Wesley Clark, para incrementar en 300 aviones la fuerza aérea aliada, con objeto de intensificar los bombardeos. El Ministerio de Defensa informó ayer del refuerzo a través de una nota, en la que recordaba que el Consejo de Ministros ya aprobó el 9 de octubre del año pasado la participación de hasta un máximo de ocho cazas F-18 y dos Hércules C-130. De hecho, aunque hasta ahora sólo se habían desplazado a Italia cinco aparatos, los otros cinco se encontraban en sus bases españolas a disposición de la OTAN.

El plazo de incorporación previsto en los planes es de 72 horas, pero las fuentes consultadas indicaron que los aviones están listos para partir en cuanto reciban la orden. El refuerzo del destacamento permitirá aumentar las salidas, que hasta ahora se limitaban a una diaria con dos aviones, aunque algunos días no han salido y otros han vuelto sin arrojar las bombas por el mal tiempo.

La llegada de dos nuevos aviones no supondrá, inicialmente, un aumento significativo del número de militares españoles en Aviano, que asciende a unos 180.

Por otra parte, el Gobierno aprobará previsiblemente hoy el envío a Albania de unos 400 militares en misión de ayuda humanitaria a los deportados de Kosovo. La partida del contingente -integrado por una Unidad de Asistencia Sanitaria, una Compañía de la Brigada de Cazadores de Montaña de Jaca (Huesca) y personal de transmisiones, apoyo logístico e ingenieros- está prevista para la semana próxima. El mando lo ostentará el coronel Fernando Sánchez-Lafuente. El Gobierno también tiene pendiente de aprobar la acogida en España de refugiados albanokosovares, que en principio se cifró en unos 7.000 y ahora se quiere limitar al mínimo.

Por otra parte, el ministro de Defensa, Eduardo Serra, negó ayer que haya puesto "reticencias o pegas" a que una delegación parlamentaria viaje a la zona de conflicto, como denunció el diputado de Izquierda Unida Willy Meyer. El presidente del Congreso, Federico Trillo, indicó a los portavoces, según Meyer, que Serra le había recomendado, por razones de seguridad, limitar la visita a los países limítrofes a Yugoslavia, sin viajar a Belgrado o Pristina, como reclama IU.

De su lado, el ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, afirmó ayer en Stuttgart, donde asistió a la Conferencia Euromediterránea, que cualquier salida diplomática del conflicto pasa por la aceptación de las condiciones mínimas exigidas por los aliados por parte del presidente serbio Slodoban Milosevic.

"Estando dañado, como está, el aparato militar yugoslavo, ya que se ha afectado gravemente a su capacidad logística y de maniobra, no tengo dudas sobre el resultado final. Ni creo que nadie las tenga. Cuanto antes se acepte lo que inevitablemente va a venir, se ahorrarán víctimas y muchos sufrimientos", afirmó.

El fracaso del plan de paz alemán, que no consiguió levantar el vuelo en el Consejo Europeo del 14 de abril, no tiene especial importancia para la diplomacia española -que, junto a la británica y la danesa, puso objeciones a la propuesta germana- al existir "varias iniciativas" de paz que tienen como "denominador común" que se cumplan las condiciones de la OTAN. Matutes aseguró haber encontrado en los países de la orilla sur del Mediterráneo una "actitud de comprensión" hacia la operación aliada.