El Valencia vuelve a exhibir su impotencia
El Extremadura empata en Mestalla y a punto estuvo de ganar el partido
No por conocida, la fórmula del Extremadura resultó menos efectiva. Le dio la iniaciativa al Valencia y esperó. Esperó a que el equipo de Ranieri mostrara su habitual impotencia en estos casos: en casa y ante un rival reservado, ya se sabe, el Valencia se queda mudo. Desde que cayó lesionado Milla, el centro del campo valencianista ha bajado considerablemente. Y con él el resto del equipo. Hasta tal punto de que el Extremadura pasó muchos menos apuros de los esperados en su paso por Mestalla. Es más: el equipo extremeño jugó dignamente, con un medio del campo aseado y una delantera rapidísima, mientras el Valencia padeció el desacierto de Vlaovic que cubría la baja de Ilie, ausente por una sanción que incomprensiblemente provocó la semana pasada ante el Racing: para jugar ante el Madrid el próximo domingo, dicen, como si los puntos de ayer fueran menos puntos que los que se dirimirán en el Bernabéu.Ayer, precisamente, que era un partido para Ilie, y para su habilidad para desatascar embudos. En cuanto a Piojo López, se produce la coincidencia de que desde que sus representantes empezaron a amenazar con que un club italiano pagará su cláusula de rescisión al final de temporada, se le acabó la racha. La suerte le ha dado las espalda. Los rebotes ya no caen de su lado. El Valencia, por cierto, no ha vencido al Extremadura en sus enfrentamientos ligueros en Primera. Es su talón de Aquiles.
VALENCIA 1
EXTREMADURA 1Valencia: Cañizares; Angloma, Djukic, Björklund, Carboni; Mendieta, Schwarz, Farinós (Serban, m. 60); Claudio López, Angulo y Vlaovic (Rubén Navarro, m. 84). Extremadura: Gaspercic; Óscar, Félix, Juanito, Belenguer, David; Viaud, Espósito (Poli, m. 81), Velamazán; Manuel (Gabrich, m. 75); y Duré (Toril, m. 63). Goles: 0-1. M. 62. Espósito aprovecha un mal entendimiento entre Carboni y Cañizares, que chocan y dejan el balón muerto, después de un centro desde la izquierda de Velamazán. 1-1. M. 64. Serban dispara raso y colocado desde la luna del área. Árbitro: Andradas. Amonestó a Serban. Unos 35.000 espectadores en Mestalla.
Transcurrida media hora de juego, la grada se debatía entre qué era peor: si el partido o el árbitro, cuya languidez y falta de criterio irritaron sobremanera al respetable. La modorra de Mestalla sólo la esquivaban los goles del Celta al Madrid, que animaban el espíritu antimadrista de gran parte del valencianismo.
Permanentemente con cinco hombres atrás, el Extremadura venía a lo que venía, que no era otra cosa que defenderse. Y el Valencia, que lo sabía, expresaba su incapacidad para superarlo. Acentuada por varios factores: Schwarz, por ejemplo, un centrocampista poco indicado para llevar el peso del equipo porque corta mucho pero distribuye poco (es muy evidente su miopía para el reparto del juego); o Vlaovic, que siempre lucha pero llega tarde: a centrar, a chutar, a saltar o a regatear. O Juanito, el central del Extremadura, que le tiene comida la moral al Valencia, como se evidenció una vez más en la ocasión más clara de los locales en la primera parte: una escapada de Piojo que, tras deshacerse del meta Gaspercic, disparó a puerta topándose con la pierna de Juanito. Era el filo del descanso. Antes, el Extremadura, bien armado atrás, y rápido en sus salidas (generoso resultó el trabajo del velocísimo Duré), puso en un brete a Cañizares un par de veces: Óscar Montiel, solo, voleó cruzado demasiado alto en el minuto dos; y Manuel, de cabeza, envió fuera.
El Valencia, en cualquier caso, sigue teniendo su punto más fuerte en su zaga, donde Carboni, a sus recién cumplidos 34 años, disfruta de un gran estado de forma: sale al cruce rapidísimo y acostumbra a sacar el balón con precisión por su banda. Otra cosa es que chocara posteriormente con Cañizares y propiciara el gol extremeño.
La segunda parte comenzó como la primera: con un Duré amenazante que se sacaba de la nada un uno contra uno con Cañizares, del que salió ileso el portero valencianista. De modo que Ranieri optó entonces por el plan Serban, que hasta ayer siempre había fracasado. Hasta ayer. Por fin pudo apreciarse la calidad técnica del centrocampista rumano, que marcó con un toque sutil y colocado al que no llegó Gaspercic. Antes, Espósito había aprovechado un choque entre Cañizares y Carboni para pescar en río revuelto. El gol de Serban, sin embargo, apenas tuvo un efecto vigorizante en el Valencia, pues el centro del campo del Extremadura resultaba estimable, sobre todo Espósito y Velamazán, que reclama miras más altas. De hecho, lejos de las previsiones, el conjunto de Rafa Benítez dominó en muchas fases en esta parcela, en la que se notó la repentina baja forma de Mendieta, al que se le ve cansado.
Más harto estaba el público de los desaciertos de Vlaovic cuando Ranieri, a falta de seis minutos, lo sustituyó por el joven Rubén Navarro, que no tuvo tiempo para nada.
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