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GUERRA EN LOS BALCANES Los bombardeos

Washington y Londres conocían los planes de Milosevic en Kosovo antes de iniciar los ataques

Washington y Londres conocían dos meses antes de los bombardeos aliados contra Yugoslavia que el régimen de Slobodan Milosevic había concebido un plan, bajo el nombre de Operación Herradura, que perseguía la limpieza étnica de Kosovo. Este plan, según fuentes diplomáticas, se estaría evidenciando en la actual catástrofe humana de refugiados albanokosovares. A pesar de que los dirigentes estadounidenses y británicos conocían la iniciativa antes de las conversaciones de Rambouillet, que comenzaron el 6 de febrero pasado, esperaban que Milosevic cambiara de planes bajo la amenaza de una ofensiva militar

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Las fuentes diplomáticas de la OTAN consultadas ayer confirmaron que tanto los altos mandos militares como los miembros de los departamentos de Asuntos Exteriores del Reino Unido y de EEUU recibieron hace dos meses, a través de sus servicios diplomáticos y de espionaje, la siguiente información: el Ejército yugoslavo había concebido una suerte de solución final -la deportación en masa de los albanokosovares- para terminar con la amenaza del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK).El ministro de Asuntos Exteriores alemán, Joschka Fischer,confirmó ayer ante los periodistas que la Alianza tenía pruebas suficientes de la ofensiva étnica planeada por el régimen de Milosevic. Fischer, además, precisó que la iniciativa respondía al nombre de Operación Herradura.

Las fuentes de la OTAN consultadas en Bruselas respondieron ayer que no conocían el plan, y aún menos cómo se llamaba. Sin embargo, los mismos portavoces reiteraron la versión inicial de la Alianza Atlántica: los ataques aéreos y los bombardeos de la OTAN sobre Yugoslavia comenzaron en respuesta a la inusual concentración de tropas serbias, tanto militares como policiales, en torno a la provincia de Kosovo.

Los miembros de la OTAN repiten una y otra vez que nunca habían imaginado que Slobodan Milosevic se sumiera en la "irracionalidad" de destruir ciudades enteras de albanokosovares, bombardeando casa por casa. Sin embargo, las fuentes diplomáticas que ya conocían la información restringida -proporcionada a las más altas esferas del Pentágono, el departamento de Estado de EE UU y el ministerio de Asuntos Exteriores británico-, han reconocido que Milosevic había preparado una operación que perseguía dejar al pez sin el agua, parafraseando el lenguaje de combate empleado por la guerrilla china acaudillada por Mao Ze Dong,según el cual la población civil sería el agua y el guerrillero el pez.

Objetivos genocidas

Los británicos y los estadounidenses recibieron la información por diferentes servicios secretos y diplomáticos, según las fuentes consultadas, lo que llevaba a incrementar la credibilidad y autenticidad con que fue recibida la existencia del plan genocida. "Lo más importante es que la respuesta del régimen de Slobodan Milosevic a los bombardeos de la OTAN no debería sorprendernos a ninguno", reconoció una fuente. "El objetivo específico de las autoridades yugoslavas era el ELK [Ejército de LIberación de Kosovo], pero está claro, a la luz de las informaciones recibidas en Washington y Londres, que la ofensiva genocida de Slobodan Milosevic habría llevado implícito tanto un enorme sufrimiento para la población civil como la limpieza étnica y la crisis de refugiados que se está produciendo en Kosovo en estos momentos. La campaña concebida por Milosevic y concretada en el plan, llevaba consigo la desaparición completa de los albanokosovares".Los miembros de la OTAN en Bruselas consultados ayer comentaron, no obstante, que se encontraban "profundamente sorprendidos" por ver ciudades y hogares en Kosovo brutalmente vaciadas de sus habitantes civiles, y de contemplar tal cantidad de refugiados empujados por las tropas de Milosevic a las fronteras. "A las personas racionales nos resulta muy difícil pensar de forma irracional", explicaba un miembro de la OTAN. "Lo que ha hecho Slobodan Milosevic va mucho más allá de lo racional".

Las fuentes diplomáticas reconocían ayer que aquellos que dirigen las operaciones militares en Washington confiaron en que Milosevic "no se atrevería" a realizar la Operación Herradura una vez que hubieran comenzado los bombardeos. Se imaginaban, por tanto, que ofrecería una salida que le lavara la cara ante la opinión pública mundial y de su propio país. La salida debería conducir, según sus previsiones iniciales, a retomar las negociaciones para preservar las vidas y el bienestar de su propio pueblo.

Quizá porque el ministro de Exteriores británico conocía de antemano el plan ideado por Slobodan Milosevic, recibió el consejo de que fuera cauteloso entre los principales mandatarios de la OTAN una vez que se produjeron las primeras consecuencias de los bombardeos aliados.

También puede responder al mismo motivo que, según publicaba The Washington Post el lunes pasado, los altos mandos militares del Pentágono dudaban de que la campaña aérea pudiera resultar efectiva como paso inicial para detener a Milosevic. A pesar de ello, los generales se plegaron con cierto recelo a las órdenes de sus superiores civiles.

Aunque nunca se llegará a saber si Slobodan Milosevic y su régimen habrían procedido con la Operación Herradura si la OTAN no hubiera bombardeado Yugoslavia, es razonable pensar que sus tropas podrían haber realizado su cometido. Pero eso sí, con menos intensidad: su sentimiento nacionalista y de revancha no se habría despertado de igual manera sin el ataque de la Alianza Atlántica.

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