_
_
_
_
Tribuna:AZNALCÓLLAR, UN AÑO DESPUÉS
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El corredor verde

Este año será sin duda, uno de esos años que acontecen en Sevilla cada cierto tiempo, donde la luz, la alegría y el color serán las etiquetas de denominación de origen de una cultura universal abierta al mundo. Sevilla abrirá esa ventana mágica que impregnará al mundo de su alegría, su belleza y color. Sevilla volverá a ser el escenario universal al que millones de personas desearán poder trasladarse durante unos días. Otros lamentarán con amargura no poder venir y otros envidiarán a todos cuantos nos visitan. Entre los acontecimientos cabe destacar la carrera de fondo que disputará el corredor verde que a pesar de haber caído en el camino varias veces, por codazos, zancadillas y empujones, no ha cesado en su intento y con envidiable espíritu deportivo se dirige a la meta apurando los últimos metros, realizando el esfuerzo final del consenso. Debemos salir todos a la calle sin excepción, a su encuentro para jalearle, animarle, gritarle, empujarle, llevarle en volandas si hace falta hasta la meta. Tenemos que verle en el podio y justamente en ese instante de gloria que rodea al ganador, cuando todas las cámaras de televisión tengan la imagen de su rostro y varios miles de millones de habitantes de todo el mundo estén presenciando este espectáculo, tenemos que saber transmitir una imagen, una tan solo, que sea el resumen de un par de miles de años de historia y cultura, que deje boquiabiertos a todos los telespectadores del mundo. Una imagen que se repetirá en todos los periódicos del mundo, una imagen que pasará a la posteridad. Una imagen de futuro, de esperanza que explique donde estamos y hacia donde vamos. Una imagen de color, llena de luz, de esa luz tan especial que hace ver los colores con todo su brillo e intensidad. El contenido del mensaje, el respeto por el medio ambiente. Ha pasado casi un año desde el pasado 25 de abril de 1998 en el que se produjo la catástrofe de Aznalcóllar, Huelva, España, Europa. La rotura de una presa en las Minas de Aznalcóllar que almacenaba millones de litros de agua con una carga importante de metales pesados. El 3 de mayo de 1998 excavadoras y camiones comenzaron la tarea de recogida y traslado de lodos a una antigua mina. Esta catástrofe ha sido de tal envergadura que ocupó muchas páginas de periódicos de todo el mundo. Dicen que la magnitud de las catástrofes se mide por el número de muertos en primer lugar y después por la cuantía de daños materiales. La falta de costumbre de soportar este tipo de catástrofes, afortunadamente, nos ha permitido mirar los acontecimientos como si estuvieran ocurriendo muy lejos de nuestra casa, como si no fuera con nosotros. La fatalidad ha querido que a los pocos días se produjera una catástrofe de gran magnitud en Italia que tuvo como consecuencias la muerte de cerca de una treintena de personas y que borró el protagonismo informativo internacional de nuestra catástrofe. La reciente reunión de científicos que tuvo lugar en Sevilla, pasará a la historia por haber sido una reunión "muda". Todas las expectativas creadas apuntaban a que se proclamara la magnitud científica de la catástrofe y a dar una explicación al ciudadano en un lenguaje directo, sencillo y claro para que la inmensa mayoría de la población pudiera tener información de primera mano y tener así opinión. El tratamiento de la información referente a los resultados de la reunión ha sido alarmante, no ha habido ni mucho menos ríos de tinta, ni tan si quiera unas cuantas imágenes de los científicos, en botas de agua recién estrenadas en el lugar de los hechos. Es importante que el ciudadano esté informado ya que esto contribuye a desarrollar una conciencia ambiental que supla en parte nuestra falta de educación ambiental. Nuestros hijos no van a tener este problema, ya que la educación escolar se cuida de desarrollar esta educación ambiental. Lo que puede ocurrir es que tengan una buena educación ambiental y vivan en un medio degradado. No hay que olvidar que la degradación provoca la desertificación y ésta, la desertización. Recientemente, la televisión nos ha metido en casa un vertedero de 40.000 kilos de pilas y se hacía especial mención al poder contaminante del mercurio, que se estima que una pequeña pila de mercurio tiene capacidad de contaminar 600.000 litros de agua. Estas cifras permiten hacer comparaciones y reflexionar que en una balsa que hay millones de litros de agua contaminada puede provocar una catástrofe. Hay que dejar constancia que la relación causa efecto no es gratuita y tiene siempre un agente causante, responsable directo. Igualmente hay que dejar constancia que hay una sola autoridad ambiental con soberanía territorial a la que deben someterse todas las iniciativas y propuestas. Un solo equipo de competición. Huelva es una provincia que está sufriendo la explotación minera desde tiempos de los romanos, hace más de 2.000 años. Hasta la fecha todos han ido a sacar y a llevarse, destrozando el paisaje. Cuando nos acercamos a Huelva por carretera desde Sevilla, lo primero que nos sorprende es el mal olor que emite una gran fábrica papelera ubicada a la izquierda de la carretera. En los alrededores del Polo Industrial de Huelva se puede ver un paisaje dantesco, propio de zonas en estado de desertificación como consecuencia de una degradación brutal del medio. En Río Tinto el paisaje es lunar. En una comunidad en la que los ingresos por turismo son tan importantes en la actualidad y que pueden llegar a ser la primera fuente de ingresos en un futuro próximo, no puede haber cementerios de naturaleza. El paisaje es un recurso económico y si es necesario habrá que declarar el paisaje como recurso estratégico. Hay que tener muy presente la relación del turismo y el paisaje. El 51% de los turistas que visitan Andalucía valoran en primer lugar el paisaje y en segundo lugar los parques naturales. En países como Israel el agua adquiere un valor de tal magnitud que se considera al agua como un recurso estratégico. En Suiza que es un país de alta calidad ambiental, el estado subvenciona la producción de leche, para que los ganaderos sigan haciendo pastar a sus vacas y poder mantener así un paisaje característico, de pastos, para controlar la erosión. Llega hasta tal punto su conciencia ambiental y su respeto por el paisaje que mientras en el territorio de Unión Europea pueden circular camiones de hasta 40 toneladas de peso, por las carreteras, en Suiza no permiten circular vehículos de más de 28 toneladas. Suiza que previsiblemente entrará algún día en la UE ha previsto la construcción de un túnel de 82 kilómetros de longitud para poder transportar en ferrocarril los vehículos de más de 28 toneladas que cruzarán el país, sin causar impacto al paisaje. La salud de los ciudadanos andaluces y el 1,7 billones de pesetas que generan 18 millones de turistas, son razones más que suficientes, para que no se vuelva a repetir este terrible accidente y para que se tomen todas las medidas legales para que no queden impugnes los que producen daños de esta envergadura.

Jesús de Vicente Sánchez es técnico en paisajismo y medio ambiente.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_