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El desarme bloquea el acuerdo de paz en el Ulster a 24 horas del ultimátum

El castillo de Hillsborough, en Belfast, es el centro de las esperanzas, también de los peores augurios, sobre el proceso de paz del Ulster. Anoche volvían allí los primeros ministros del Reino Unido, Tony Blair, y de Irlanda, Bertie Ahern, para reunirse con republicanos y unionistas. La intención era forzar el acuerdo que no ha surgido en los últimos dos días y que permita la formación del nuevo Gobierno autónomo del Ulster, para lo cual Londres fijó una fecha límite: mañana. La exigencia de que el IRA se desarme dificulta el acuerdo.

"Creemos que ha habido progresos, pero aún queda mucho por hacer. Si se puede avanzar, debemos volver y seguir trabajando. Nadie nos perdonaría el fracaso", dijo ayer Blair en Londres durante su comparecencia semanal ante el Parlamento. El primer ministro británico repetía así las palabras que había pronunciado 24 horas antes. Palabras que no coinciden con la sensación que tienen los observadores y periodistas que siguen las reuniones en Hillsborough. Ahern, quien también habló de avances, fue más duro con protestantes y católicos y dijo en la Cámara irlandesa: "No vamos a echarlo todo a perder porque dos de los partidos, el unionista y el republicano, no puedan ponerse de acuerdo sobre las fechas".En Belfast se habla de bloqueo y las declaraciones que hizo ayer David Trimble, presidente del Partido Unionista del Ulster (UUP) y ministro principal de la provincia, parecen confirmarlo: "No tenemos ninguna señal de que el movimiento republicano se comprometa de forma realista a aplicar su parte del acuerdo de paz firmado hace un año [el desarme]. Ése es el problema". Lo cierto es que la exigencia del UUP de que el Ejército Republicano Irlandés (IRA) entregue las armas antes de que su brazo político, el Sinn Fein, entre en el Ejecutivo autónomo, mantiene bloqueado desde diciembre el histórico proceso iniciado el 10 de abril de 1998.

El Sinn Fein, mientras, insiste en que en los acuerdos se indica que los grupos paramilitares deben desarmarse antes del año 2000, pero no especifica cuándo tienen que empezar a hacerlo. Sin embargo, el presidente honorario del partido repúblicano, Michael McLaughlin, era optimista ayer por la noche e indicaba que sólo se podrá decir que no hay avances "cuando no se pueda seguir adelante. Blair y Ahern vuelven esta noche [ayer] a Belfast y ésa es la mayor prueba de que hay trabajo por hacer y de que se espera que se consiga".

Armas en silencio

Ayer, se conoció el mensaje anual que el IRA difunde en Semana Santa, y que hoy publica el rotativo republicano An Phoblacht. "Las armas del IRA están en silencio. Si hay esfuerzos políticos, el proceso para conseguir una paz real y duradera tiene la capacidad de conseguir los cambios, dejar a un lado las injusticias que ha creado el conflicto y poner fin al conflicto mismo", dice la organización que reclama la independencia del Ulster respecto a Londres. El mando del IRA también insiste en que sus pistoleros han dado pruebas de que el alto el fuego es real y que ahora los que deben trabajar son los políticos. Algunas fuentes hablaban ayer de un posible aplazamiento del ultimátum para la creación del Gobierno autónomo. Sería el segundo. De hecho, ayer, Mo Mowlan, la ministra británica para el Ulster, no pudo convocar, como era su idea, a la Asamblea de la provincia.Mientras, artificieros del Ejército británico hicieron estallar ayer dos artefactos colocados en el coche de un católico de Dungannon (sur del Ulster) y en el jardín de una familia también republicana de Belfast. Las dos acciones frustradas fueron reivindicadas por el grupo paramilitar unionista Defensores de la Mano Roja. Este grupo ya ha sido protagonista de varias acciones violentas en las últimas semanas, entre ellas el asesinato de la prominente abogada republicana Rosemary Nelson, el pasado 15 de marzo.

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