La sombra del exgeneral Oviedo perfila los últimos acontecimientos
El Senado necesitaba 30 votos de un total de 45 para destituir al jefe del Estado, Raúl Cubas Grau. La posibilidad de una destitución del mandatario era muy grande, aunque no se descartaba del todo una salida negociada que incluyera la renuncia de Cubas. A pesar de que el presidente había prometido que cumplirá la decisión del Senado, constituido en tribunal, los seguidores del general Lino Oviedo -el auténtico hombre fuerte del país- anunciaron que no permitirían que el presidente paraguayo abandonara el cargo al que accedió gracias al voto del 54% del electorado hace siete meses. Algunos analistas creían que Cubas respondía a la presión del general retirado, quien se encuentra detenido desde la semana pasada en los cuarteles de la guardia presidencial.La gran incógnita era qué pasaría después. "Algunos sectores se empeñan en limitar lo que está sucediendo a una lucha entre sectores políticos, los argañistas -seguidores del vicepresidente Luis María Argaña, asesinado el martes pasado- y los oviedistas", señala Antonio Carmona, del diario Última Hora, uno de los medios que viene denunciando al oviedismo como un proyecto totalitario. "En realidad el proceso democrático está interrumpido, porque no hay Estado de derecho. Nos la estamos jugando por la democracia. No podemos volver al poder absoluto". Para Carmona eso explica que la prensa local haya adoptado lo que a primera vista es una visión parcial de los hechos.
La incógnita militar
Todavía no está del todo clara la actitud que tomarán las Fuerzas Armadas aunque por el momento parecen predominar los sectores partidarios de defender las instituciones democráticas del país. No se descarta que algunos jefes de los ejércitos puedan respaldar un nuevo intento de golpe promovido por Oviedo.Durante la pasada semana circularon insistentes rumores de golpe de Estado, aunque varios portavoces militares los desmintieron con firmeza. Desde el pasado sábado al mediodía infantes de marina apoyan la actividad de la policía.
Para el analista político Esteban Caballero los militares se mantendrán al margen "No se prestarán a un fujimorazo, no se puede dar con el presidente Cubas al frente", aseguraba antes de conocer la dimisión presidencial.
La sociedad paraguaya está cada vez más polarizada entre un sector identificado con el general Oviedo y la gente que desea continuar con un proceso democrático. En ese sentido el juicio político hubiera podido ser el último estertor de la democracia o una oportunidad única para reencauzar la transición, lo que exigiría que se reforzara el diálogo entre los sectores políticos comprometidos con la democracia.
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