El presidente de Paraguay anuncia su dimisión y el ex general golpista Oviedo huye del país

El presidente paraguayo, Raúl Cubas, presentó ayer su dimisión tras la tensión vivida en el país en los últimos días debido al juicio político al que ha estado sometido por su apoyo al ex general golpista Lino Oviedo, condenado a 10 años de cárcel por una intentona y a quien Cubas había excarcelado. Poco después se supo que Oviedo había huido del país en una avioneta. Argentina, Uruguay y Brasil le denegaron permiso de entrada.

En un mensaje televisado, Cubas señaló que dimisión es fruto de una "conspiración" y que se va del poder porque no está dispuesto "a ordenar a las Fuerzas Armadas a disparar contra el pueblo". El sustituto de Cubas es Luís González Macchi, presidente del Congreso y partidario del vicepresidente Luis María Argaña que fue asesinado el martes. González Macchi tiene ahora dos alternativas, convocar elecciones a la presidencia del país o solamente a la vicepresidencia, asumiendo él mismo el mandato de Cubas. Las unidades militares más importantes de Paraguay confirmaron su apoyo al nuevo mandatario.

Tras una semana de tensión y de enfrentamientos armados en los que se registraron 10 muertos y numerosos heridos, miles de personas se echaron a las calles de Asunción para festejar la renuncia del mandatario, quien llegó al poder a través de las urnas con un lema de que rezaba: "Cubas a la presidencia, Oviedo a la calle". Además, Cubas es responsabilizado del asesinato del vicepresidente Argaña, enemigo jurado de Oviedo.

La renuncia de Cubas supuso un alivio para un importante sector de la población, después de que la tensión hubiera alcanzado altas cotas tras la difusión por la emisora Radio Cardinal de una grabación que revelaba detalles de una operación para atentar contra los senadores de la oposición y del sector del partido gobernante enfrentado a Cubas. Nada más conocer la noticia, los senadores evacuaron la Cámara, que en ese momento se encontraba reunida. Poco antes, Jóvenes para la Democracia había pedido a los manifestantes concentrados en las inmediaciones del Senado que se retiraran de la zona ante la toma de posiciones por parte de los militares, para evitar nuevos incidentes, como los acaecidos en días anteriores.

Desde el miércoles pasado, un día después del asesinato de Argaña, las plazas que rodean al Congreso estaban ocupadas por miles de jóvenes y campesinos convocados para apuntalar el régimen democrático del país, que apenas tiene una década de vida. Ayer se repitieron los disparos de francotiradores apostados en las azoteas de la zona, al igual que sucedió el viernes y la madrugada del sábado, pero sin causar víctimas. Las autoridades paraguayas confirmaron la detención de un ex comandante de policía, llamado Niño Trinidad, así como y la detención de uno de los francotiradores que el miércoles causaron cuatro muertos y numerosos heridos. Trinidad, fue acusado de "homicidio por omisión".