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"El Consell no tiene más remedio que apoyar el Medpark"

Con 70 años cumplidos, 37 libros a sus espaldas y más de 300 artículos en revistas especializadas, Ramón Martín Mateo es una de las voces más autorizadas para hablar del medio ambiente y recursos hídricos. El ex rector de las universidades del País Vasco (1976-1979) y de Alicante (1986-1994), ha presidido foros científicos internacionales sobre desarrollo sostenible y derecho ambiental, y quizás por la importancia que concede a la investigación es uno de los máximos defensores del Parque Científico del Mediterráneo (Medpark) presentado por la Universidad de Alicante, que él ya esbozó en los ochenta. Cree que el actual rector, Andrés Pedreño, y el presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, acabarán entendiéndose, sin que ello signifique pérdida de autonomía del académico y el político, ni injerencias. Pregunta. El proyecto de parque científico de la Universidad de Alicante está sobre la mesa. ¿Cree que será una realidad en el mandato del rector Pedreño? Respuesta. Ojalá salga adelante, porque es algo ilusionante que dará una nueva perspectiva de regeneración del tejido industrial y de modernización. Yo, modestamente, fui el primero de España en presentar en un foro internacional celebrado en París un documento sobre parques tecnológicos, que se titulaba Un parque científico para el Mediterráneo. En aquel entonces estaba en Vizcaya, aunque ya tenía previsto trasladarme aquí. Aquello causó sensación y muchos mostraron interés. Cuando recalé en Alicante, en 1982, lo primero que hice fue presentarme en la Generalitat, hablar con el presidente Joan Lerma y trasmitirle la idea. P. ¿Y cómo acogió la idea? R. Me editaron un libro con ese documento, pero el consejero de Industria decidió que el lugar indicado para el proyecto era Valencia, se lo llevaron a Paterna y allí se murió. Ahora está vacío. P. ¿Qué planteó exactamente? R. Mi hipótesis de partida era tener una Universidad aledaña, y segundo que fuera un espacio atractivo para los gerentes, donde las mujeres de los ejecutivos se sintieran a gusto, y esto en Alicante lo tenemos. Hubiera sido posible hacerlo como un imán de atracción. Después se quiso incluir en el proyecto del triángulo Alicante-Elche-Santa Pola, y me encargaron redactar los estatutos aunque aquello no pasó de un proyecto por la desconfianza mutua entre Alicante y Elche. Por tanto, estoy impregnado del proyecto y hago votos para que siga adelante, porque será positivo. P. ¿Cree que el empresariado respaldará la iniciativa? R. Un proyecto de este tipo de espacios de investigación y desarrollo es muy simple: uno pone el mercado y otro la innovación, y son líneas de investigación que necesitan los empresarios. No soy escéptico y creo que hay que apostar. P. ¿Cómo cree que reaccionará finalmente la Administración? R. No tiene más remedio que hacerlo en positivo, porque esto no tiene nada que lo haga rechazable. No es una propuesta ideologizada, sino algo que puede ser útil y rentable, y en principio no debe tener oponentes. P. ¿El PP bloquea el Medpark desde las instituciones? R. Bueno... todo esto se reconduce a una situación coyuntural de malos entendidos, y creo que se está despejando. P. ¿Hubiera actuado como Pedreño en la presentación pública del proyecto, o hubiera esperado a contar con apoyo institucional? R. Es muy difícil situarse en el escenario. Si de entrada hubiera tenido el apoyo institucional lo hubiera hecho de manera coordinada, y al contrario hubiera intentado persuadir a los interlocutores para que me apoyaran. P. Las relaciones entre el Consell y la Universidad de Alicante están bastante deterioradas. ¿Quién cree que ganará el pulso? R. A la larga perderán los dos bandos si se mantiene enquistada la situación, pero como en los dos bandos hay personas inteligentes el conflicto se tendrá que resolver por sí mismo. A nadie le interesa que se mantenga el enfrentamiento. P. Ha comentado en alguna ocasión que si Zaplana gana las elecciones el 13 de junio, Pedreño debe dimitir. ¿Puede matizar esta afirmación? R. Esa fue una reflexión rápida y aventurada, y no contaba con algunos factores que son importantes. El equipo de Zaplana no es un equipo de energúmenos que atente contra el bien social, y tenderá inevitablemente a integrar en su labor al equipo de la Universidad de Alicante. P. La injerencia del político en el mundo académico es una constante. ¿Cómo valora esta situación? R. Cada uno debe estar en su sitio. La Universidad no debe estar politizada, porque es negativo, inviable e incierto que tenga una coloración homogénea. La Universidad ha tenido un frente común de gente contra la política, pero cuando estaba el general Franco. En un contexto democrático no hay ninguna justificación para alinear en una misma trinchera a todos. Aquí hay ideologías para todos los gustos. Por otra parte, la política está regida democráticamente y la Universidad debe respetarla. P. ¿Están politizadas las universidades de Alicante y Miguel Hernández de Elche? R. Yo diría que no. Desde luego la de Alicante no. Está muy identificada con su líder, y sería un disparate que se retirara el apoyo al actual rector, elegido mayoritariamente, porque no ha hecho nada para merecerlo. En cuanto a la de Elche, bien es verdad que ha nacido como un impulso político, pero todas las universidades han recibido en principio el respaldo del equipo de gobierno de turno, porque no salen como hongos. P. En las universidades se han gestado siempre las principales teorías políticas. ¿Se mantiene esa tradición? R. Desgraciadamente estamos en una época de la convergencia de las ideologías, y queda poca gente que en su fuero interno se mantenga fiel a un modelo. El PP evoluciona hacia una posición centrista, y puede ser que no sea tanto como se proponen en sus manifestaciones, aunque son realistas. P. ¿Habrá un antes y un despúes de Andrés Pedreño? R. Después de todos los rectores lo hay, pero está claro que se notará su paso por los puestos de mando de este navío. P. Es un experto en medio ambiente y abastecimiento de agua. ¿Qué debe hacer la Administración para garantizar el suministro a la agricultura? R. Ya está actuando de manera muy positiva. A lo largo de la historia no había pasado lo de traer agua del Júcar al Vinalopó, por ejemplo. Hace años, cuando viajaba a Valencia y veía a los agricultores de la huerta tirando el agua al mar, no lo entendía. Por fin se consolida el reparto, y me parece que el trasvase es importante. Pero esto no es definitivo, ya que cuando hay una sequía de verdad no tenemos las espaldas cubiertas. P. ¿Y qué hacer? R. En el Instituto del Agua de la Universidad abogamos por la desalinización y la reutilización de aguas residuales. Hemos pedidos a la Administración que nos deje delinear un plan que se podría autofinanciar para garantizar el suministro, pero no han hecho caso. Como experto ambiental, puedo decir que llegarán días peores. P. ¿Se puede alcanzar la interconexión de cuencas y evitar conflictos entre comunidades? R. Es muy difícil. El agua es la base de la vida y esto da lugar a comportamientos viscerales e irracionales. Aquí, los agricultores que tienen agua inventan nuevos cultivos para que no les sobre ni una gota, o si no defienden caudales ecológicos magnificados y se obsesionan en que el agua vaya al mar. Esta situación tiene un componente genético. P. ¿Está concienciada la sociedad de que debe ahorrar agua? R. Mientras no hay necesidades reales, no pasa nada.

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