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Aznar calcula que necesita otra legislatura para concluir la reforma del Museo del Prado

Se abren hoy al público las nuevas salas destinadas a Goya y a la pintura del siglo XVIII

Algo más de una hora invirtió el presidente del Gobierno, José María Aznar, en recorrer los 2.000 metros cuadrados que suman las 22 nuevas salas remodeladas del Museo del Prado, destinadas a Goya y a la pintura española del siglo XVIII, que ayer inauguró. A la salida de su visita, Aznar se mostró confiado en que al finalizar esta legislatura la reforma de las salas de Velázquez esté acabada. Pero añadió: "Para ver concluidas las obras de ampliación del Prado tendré que tener un segundo mandato". El lienzo que más le conmovió fue Perro semihundido, de Goya.

Aznar prefirió visitar sin periodistas las dos plantas de la zona sur del edificio neoclásico de Juan de Villanueva, que albergan las nuevas salas. Y realizó el recorrido, que para él suponía la tercera inauguración en el Prado (las anteriores fueron las salas de pintura europea y las de pintura flamenca del siglo XVII) acompañado de unas veinticinco personas, entre ellas el ministro de Educación y Cultura, Mariano Rajoy; el secretario de Estado de Cultura, Miguel Ángel Cortés; el director del museo, Fernando Checa; la ex ministra de Cultura y actual presidenta del Senado, Esperanza Aguirre, y dos miembros de la familia real, Jaime de Marichalar y Carlos Zurita.El presidente calificó de "extraordinarias" las obras de reforma que se están efectuando en el museo. Además de inaugurar las 22 salas, a Aznar le dio tiempo para comprobar el estado de los trabajos en las salas de Velázquez y en la gran galería central. El jefe del Gobierno manifestó que, si tuviera que elegir, optaría por el Prado como la obra que más le gustaría culminar.

El lienzo de Goya Perro semihundido fue el que más le impresionó, porque "ahí están todas las preguntas que puede hacerse un ser humano ante el mundo", indicó.

Un par de pancartas

En el exterior de la puerta de Murillo, por la que se accede a las nuevas salas, aguardaban al presidente una media docena de personas con un par de pancartas (lo suficientemente alejadas como para que Aznar ni se percatara). Protestaban por la reciente restauración de El caballero de la mano en el pecho, de El Greco, "al que le han velado la firma", según una profesora de Arte e Historia que no quiso identificarse y porque no se deje el patrimonio nacional "en manos de cualquiera", según Francisco Felipe, de la Asociación de Artes Visuales, que agrupa a unos doscientos asociados, e integrada en la Unión de Asociaciones de Artistas.La conservadora del Prado, Manuela Mena, ya había explicado el viernes la forma perfecta de visitar las salas, y que ella recomienda: empezar, en la planta baja, por las salas de pintura española del siglo VXIII (salas 19 a 23). En ellas se puede contemplar la serie completa de los bodegones de Luis Egidio Menéndez y la colección de pinturas de Luis Paret y Alcázar, uno de los maestros españoles del rococó; además incluye la selección de cartones para tapices de Francisco y Ramón Bayeu, de Mariano Salvador Maella y de José del Castillo, que no se mostraban al público desde hace mucho tiempo.

A continuación, ascender a la planta segunda, destinada a Francisco de Goya y Lucientes (Fuendetodos, Zaragoza, 1746- Burdeos, 1828). Las salas, de la 85 a la 94, muestran 90 cartones que realizó el pintor para la Real Fábrica de Tapices entre 1774 y 1791. Los cartones eran los bocetos previos para la elaboración de los tapices, que la fábrica guardaba en los sótanos de su edificio una vez elaborados. Dichos cartones fueron trasladados al Prado a finales del siglo XIX.

La sala circular de esta planta acoge la obra más personal y enigmática del pintor, Goya. Disparates. Dibujos y estampas, que tiene carácter temporal (hasta el 30 de mayo). Mena indicó que los dibujos son muy delicados y, si sufren algún daño, éste será irreversible. La luz los pulveriza, y dos meses es el tiempo máximo para exponerlos sin correr riesgo. Su calidad es de las mejores y mantienen el color ámbar propio de Goya y no el negro romántico. También en la planta segunda (sala 89) permanecen juntas y bajo un fondo avioletado las dos majas. El recorrido de esta planta acaba en la sala 86, donde se muestra la pintura religiosa del artista de Fuendetodos, y en las salas 87 y 88, donde están los retratos.

El viaje con Goya finaliza en la planta baja; en concreto, en las salas, 34, Alegorías; de la 35 a la 38, Pinturas negras; en la 39, Fusilamientos, y en la circular, Familia de Carlos IV. En total se pueden contemplar 140 obras de Goya, de las cuales 90 son cartones y 19 dibujos. Se calcula que el pintor realizó unas quinientas obras, y muchas de ellas pertenecen a colecciones privadas.

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