Los relojes deben adelantarse una hora a las dos de esta noche

A las dos de la madrugada del sábado al domingo, todos los ciudadanos de la Unión Europea deberán adelantar una hora sus relojes, por lo que pasarán a ser las tres. La medida supone para España un ahorro de energía de más de 11.000 millones de pesetas, un 8% de lo que se consumiría en caso de no adoptar el horario de verano. El cambio sitúa a España en la franja de la hora media de Greenwich (GMT) más dos horas hasta el mes de octubre, cuando se volverá al horario normal.El ahorro en el sector doméstico por el cambio de hora será del 5%, según el Instituto para la Diversificación y Ahorro Energético (IDAE). Esto sucede porque desde mañana habrá una hora menos entre el anochecer y la hora a la que la mayoría de la gente se retira a dormir, y las bombillas estarán encendidas 60 minutos menos. Si el consumo medio de una familia es de 3.500 kilovatios por hora, el ahorro será de unas 1.000 pesetas por domicilio. El sector comercial y de servicios aporta el otro 3% del ahorro.

Con motivo del cambio de hora, el IDAE ofrece un decálogo de consejos para reducir los costes de iluminación de las viviendas y cuya puesta en práctica permite ahorrar casi 17.000 pesetas por hogar. Los consejos son: aprovechar la luz natural, no olvidarse las bombillas encendidas, optar por la iluminación localizada, usar colores claros en la decoración, instalar reguladores para los halógenos, tubos fluorescentes (sobre todo en baños y cocinas), detectores de presencia en las zonas de paso, y elegir bien las lámparas de bajo consumo.

Europa comenzó a aprovechar los cambios de horario para ahorrar energía en 1973, durante la crisis del petróleo y la guerra árabe-israelí. Desde entonces, el continente deja de consumir cientos de miles de toneladas de petróleo cada año. Este sistema, sin embargo, ha sido duramente criticado por algunos expertos que sostienen que el adelantamiento de las agujas puede alterar los ritmos biológicos de las personas y tiene importantes desventajas para la agricultura.

La medida es obligatoria hasta el año 2001, cuando cada país podrá decidir si se pliega o no a la franja horaria recomendada por la UE. Francia, que siempre ha criticado el cambio, ya ha anunciado que no continuará.