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Las ayudas europeas permitirán iniciar este mismo año la pasarela de Abandoibarra. La demora del centro Ría 21

La pasarela peatonal de Deusto, uno de los emblemáticos proyectos de Abandoibarra, verá adelantada su construcción. La concesión de 1.600 millones de pesetas de fondos europeos permitirá adjudicar la obra el próximo septiembre y comenzarla a finales de año, según decidió ayer el Consejo de Administración de la sociedad Bilbao Ría 2000. Antes del verano se empezarán a urbanizar los muelles entre el Guggenheim y el Palacio Euskalduna, lo que será una de las primeras actuaciones en este área de 34 hectáreas.

La reunión de la sociedad encargada de la revitalización urbanística del área metropolitana no pudo abordar todos los asuntos previstos. La suspensión, la víspera, del pleno del Ayuntamiento de Bilbao que iba a dar luz verde al proyecto urbanístico de Abandoibarra impidió que se tramitara el arranque de las actuaciones. "La aprobación de pliegos de condiciones y licitaciones han tenido que quedar sobre la mesa. Hemos convocado el próximo consejo el 14 de abril [el día siguiente del pleno de Bilbao que retomará la cuestión] para abordar todo esto", informó Josu Ortuondo, alcalde y presidente de Bilbao Ría 2000. Con lo que iba a ser el principal contenido del consejo aplazado, la novedad procedió de la pasarela peatonal ideada por el ingeniero José Antonio Fernández Ordóñez, que no estaba prevista en las actuaciones aprobadas para este año por la falta de fondos. Ortuondo reveló que, por cuestiones relacionadas con el medio ambiente, la UE ha concedido dos partidas de 500 y 1.100 millones "que tienen que ser adjudicadas en 1999 y tienen un periodo de dos años de ejecución. Esto nos permitirá abordar este año la pasarela peatonal". Próximo concurso El puente, que unirá ambas márgenes de la Ría a la altura de la Universidad de Deusto y a medio camino entre el Guggenheim y el Palacio Euskalduna, carece todavía de presupuesto concreto, ya que Bilbao Ría 2000 convocará un concurso para su construcción. Precisamente, la existencia de diferentes costes según los materiales empleados, que iban desde 600 a 1.000 millones de pesetas (entre cuatro y seis millones de euros), obligaba a la sociedad a tomar una decisión concreta. Sin embargo, el consejo ha optado por esperar la oferta de los constructores "que, con el proyecto base de Ordóñez [valorado en 650 millones], podrán hacer variantes en el acabado y ajustar los precios". A estos costes se añadirán los de la urbanización en cada orilla. Ortuondo indicó que, en la parte de la Universidad, se construirá un voladizo peatonal sobre la Ría "que comerá cuatro metros de anchura al cauce, pero que se ganarán en la parte del Guggenheim". Para antes del verano, se acordó iniciar la urbanización de los muelles entre el Guggenheim y el Euskalduna con el fin de hacer funcional la pasarela. Las obras costarán 300 millones y desalojarán los camiones que se aparcan en esta zona. El Consejo de Administración, aunque tampoco pudo aprobar los pliegos de las primeras viviendas de Abandoibarra, fijó los criterios, con una novedad: los constructores deberán incluir arquitectos internacionales de una lista ya elaborada, con casi una veintena de firmas. "Queremos edificios de calidad, pero que tengan firmas para que atraigan a más gente y turistas a Bilbao. Sabemos que esto irá en detrimento económico, pero nos parece importante que los edificios sean obras de arte", precisó el alcalde. La sociedad confirmó la instalación de una escultura en el parque de Ametzola, la primera actuación urbanística finalizada. La obra del escultor valenciano Mikel Navarro, que simboliza el cambio de una zona industrial a residencial, será financiada por los promotores de las viviendas.La otra cara de Abandoibarra es el centro lúdico-comercial Ría 21, la obra más controvertida. La que iba a ser la primera actuación en acometerse deberá esperar al nuevo siglo. El cambio del proyecto inicial exigido por el diseñador de todo el área, César Pelli, ha obligado a la promotora del centro a contratar a un nuevo arquitecto, Robert Stern, quien trabaja ya en el nuevo plan de Ría 21. Ambos arquitectos se han fijado un plazo de dos meses para el nuevo diseño y su ajuste al proyecto global de Pelli. Si existe consenso, el siguiente paso sería la elaboración del proyecto. "Si hay suerte, estaría para finales de año", dijo ayer Pablo Otaola, director general de Bilbao Ría 2000. El proyecto, al ser privado, no está en las prioridades de la sociedad, que además ya ha recibido 1.500 millones de pesetas por la venta del solar a la promotora.

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