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Reportaje:

Hortaleza abre su puerta

El distrito madrileño recobra como seña de identidad un pórtico del XVIII

El distrito de Hortaleza está a punto de recuperar tres de sus principales señas de identidad histórica; si los ilustradores espontáneos de monumentos, hoy llamados grafiteros, lo permiten, claro. Se trata de tres construcciones: el campanario de la vetusta iglesia de San Matías, recién reparado; una sobria puerta de granito -con una frase ovidiana en su dintel-, que data del año de gracia de 1749, trasladada y rehabilitada, y un elevado silo, que se yergue hasta quince metros de altura, instalado como la puerta en el parque de la Huerta de la Salud, que pronto será restaurado.Estas dos últimas construcciones pertenecieron a los duques de Frías, una de las familias nobles que en el Siglo de las Luces se construyeron haciendas en las inmediaciones del entonces granjero lugar de Hortaleza. La puerta, maciza y sencilla, que daba entrada a la estancia, fue reedificada en 1894. Conserva dos jambas con capiteles de suave sabor renacentista toledano, mas elementos del barroco tardío y otros de gusto neoclásico; permanecía cegada a unos doscientos metros de su actual emplazamiento. A los muros del pórtico, recién pulidos, les han sido agregadas placas de granito en los frontales enladrillados con los que originariamente contaba. Todo el conjunto ha sido singularizado ahora en el centro del parque, ya que integraba un muro continuo que hoy queda reducido a la gran entrada: "Gaudia sum nostro plusquam regalia ruri / urbi homines regnant vivere rure datur. Año de 1749", reza su dintel en alabanza a la vida campestre: "Aunque los hombres reinan en las ciudades, sus mejores gozos residen en la vida campestre". En los soportes laterales, un grafitero ha señalado con pulverizador azul dos muescas incomprensibles y tortuosas, y ello pese a que el conjunto se encuentra vallado. Los jardineros que cuidan la zona no se explican tal irrupción, cuando la nueva obra aún no ha sido abierta al público.

La puerta se encuentra a la espera de su inauguración, que irá precedida por el ajardinamiento de dos isletas contiguas. La rehabilitación fue iniciativa de Carmen Rodríguez Flores, concejal de Hortaleza, del PP, y ha sido realizada por el departamento de Obras e Infraestructuras del Ayuntamiento de Madrid. El presupuesto ronda los diez millones de pesetas.

En cuanto al gran silo, en breve comenzará su recuperación. Se trata de una torre cilíndrica, de unos ocho metros de diámetro por más de quince de altura, con robustos muros y numerosas ventanas para adentrar el forraje que hace dos siglos y medio se cultivaba en Hortaleza copiosamente. Recuerda a una torre del Silencio, de las destinadas por los zoroastrianos, adoradores del dios Ahura Mazda, para depositar los cadáveres a merced de los cuervos.

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