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El PP insiste en mentar la pornografía en la ordenanza de quioscos

Antonio Jiménez Barca

La oposición y el PP no se ponen de acuerdo sobre la ordenanza de quioscos y sus repercusiones en la venta y exhibición de pornografía. La primera redacción, según la oposición, impide que los vendedores de prensa comercien con publicaciones pornográficas. El PP, deseoso de que la norma se apruebe hoy por unanimidad, ha cambiado el polémico artículo. Pero ha dejado el término "pornografía", cosa que no aceptan IU y PSOE.

El meollo de la cuestión está, precisamente, en la inclusión del término. El equipo de gobierno considera que debe aparecer; la oposición piensa lo contrario. Mercedes de la Merced, la tercera teniente de alcalde, del PP, presentó el lunes el texto de la ordenanza que regulará el trabajo de los aproximadamente mil vendedores de prensa que existen en la capital. El artículo 22 de la norma decía que no se podían vender ni exhibirse "las publicaciones pornográficas cuya comercialización esté reservada, conforme legislación vigente, a establecimientos específicos". Para la oposición, quedaba claro que el PP intentaba prohibir la pornografía. Y amenazó con votar en contra en el pleno que se celebra hoy.De la Merced replicó que la ordenanza no prohíbe nada y que se limitaba a "adelantarse a las prohibiciones que puedan hacer los jueces". De cualquier modo, y en aras a buscar el consenso, aceptó modificar el polémico artículo y permitir la venta y exhibición de pornografía. Los concejales Francisco Garrido (PSOE) y Franco González (IU) recibieron ayer el nuevo texto de la tercera teniente de alcalde. Dice así: "No podrán ser objeto de exhibición y venta aquellas publicaciones que por resolución judicial o de administración competente hayan sido declaradas contrarias a los derechos reconocidos en la Constitución por su contenido violento, xenófobo, pornográfico o de apología de la delincuencia". Ni Garrido ni González están de acuerdo. El concejal socialista redactó, a su vez, un párrafo que le parece "más limpio y más simple, en el que desaparece la palabra pornografía y queda sólo la constitución como garante".

El texto de Garrido es el siguiente: "No podrán ser objeto de exhibición y venta las publicaciones cuyo contenido sea contrario a los derechos y deberes fundamentales establecidos en la Constitución, cuando así haya sido declarado por resolución judicial".

Mayoría absoluta

Franco González apoya la redacción de Garrido. Ambos ediles aseguraron ayer que si De la Merced no transige, sus respectivos grupos políticos votarán en contra. Y como la tercera teniente de alcalde persigue la mayoría absoluta, la ordenanza, que los técnicos municipales elaboran desde hace más de dos años, se retirará y no se aprobará hasta la próxima legislatura. De la Merced guarda aún un as en la manga: "Mañana [por hoy] discutiré antes de que empiece la sesión plenaria con los dos concejales de la oposición para intentar una última redacción", explica. "Es importante llegar a un acuerdo porque sentiría que la ordenanza se retrasara, sobre todo porque el colectivo de los vendedores de prensa es el que la reclama", añade. De la Merced insistió en que había otros aspectos de la ordenanza municipal "muchísimo más importantes que la pornografía". Entre estos, la tercera teniente de alcalde recordó el hecho de que a partir de la entrada en vigor de la norma, los vendedores de prensa disfrutarán de una concesión municipal para el puesto de 30 años (ahora es de cinco).También podrán regentar quioscos más grandes. Los vendedores se quejaban ultimamente de que con la proliferación de suplementos y de regalos de diversos tamaños los establecimientos se les habían quedado pequeños. Los quiosqueros también podrán contar a partir de la aprobación de la ordenanza con un "colaborador", es decir, un ayudante que se ocupe del negocio en los días de fiesta o de vacaciones. Lo que no podrán hacer será vender tabaco, caramelos o cualquier otro producto de esta categoría.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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