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JUNTA DE LA MAYOR EMPRESA ESPAÑOLA

Los grandes trazos de una gestión controvertida

La política de inversiones, un duro ajuste y la supresión del dividendo han marcado la presidencia de Villalonga

Juan Villalonga, 46 años, presidente de Telefónica, la primera empresa española por valor en Bolsa, -más de siete billones de pesetas-, facturación -2,9 billones- y beneficios -217.584 millones-, rinde hoy cuentas a sus accionistas. Sus últimas actuaciones han suscitado controversia entre los analistas, el núcleo financiero del consejo -Argentaria, BBV y La Caixa-, inversores y trabajadores. En líneas generales, la gestión ha ofrecido en los últimos meses los siguientes rasgos:Ajuste de plantilla. Telefónica ha provisionado 459.500 millones de pesetas en el último trimestre de 1998 para cubrir los costes de un ajuste que afectará a 13.967 trabajadores en 1999 y el 2000. La compañía ofrece la prejubilación a empleados con más de 52 años, aunque con los sindicatos sólo ha pactado medidas voluntarias a partir de 55. "La actual dirección ha emprendido una cruzada contra la experiencia, contra la inteligencia", afirma Javier Navascués, de CCOO.

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El objetivo de la dirección, guiada por la consultora McKinsey, es llegar a 400 líneas por empleado en el 2000 y 382 a finales de 1999, por 354 en febrero de este año. Uso de las reservas. Para dotar parte del plan de ajuste (298.657 millones de pesetas), Telefónica recurrió a las reservas, cuando lo normal es detraer esos gastos del beneficio generado en el ejercicio. En la comunicación a la Comisión de Valores, la compañía reconoce que recurrir a reservas "ha supuesto no atender la norma contable" y advierte que, de haber recurrido al resultado, el grupo hubiera registrado pérdidas de 81.091 millones de pesetas. Esas prácticas han suscitado inquietud entre pequeños accionistas.

Choque con los reguladores. El Tribunal de Defensa de la Competencia ha impuesto a Telefónica las dos sanciones más altas de la historia de esta institución -580 y 760 millones- con tan solo un mes de diferencia entre una y otra, por abuso de posición dominante. La operadora se enfrenta ahora a un expediente de la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones (CMT) por el mismo motivo. Telefónica ha denunciado al Gobierno español ante la Comisión Europea porque abrió el mercado a la competencia sin haber permitido el reequilibrio tarifario que marca Bruselas (subida de llamadas locales y cuota de abono y rebaja en las de larga distancia).

"Este tipo de conflictos son sanos y naturales cuando se sale de un régimen de monopolio. Para eso están los reguladores", afirma Jesús Banegas, presidente de la patronal de las telecomunicaciones Aniel.

Nueva política de retribución al accionista. Villalonga ha suprimido el dividendo y apuesta por la revalorización de la acción y las ampliaciones de capital gratis como vía de retribución al accionista. La junta de junio de 1998 aprobó dos ampliaciones, de una acción gratis por cada 50 antiguas, la primera el pasado enero y la segunda en fecha próxima. "Tiene que afrontar fuertes inversiones frente a la competencia. Es lógico que pueda disponer de ese dinero, pero pasado algún tiempo debería volver al dividendo", sostiene Javier Borrachero, analista de Central Hispano Bolsa. Villalonga dijo ayer que esa política se mantendrá mientras la acción suba.

Rotación de altos cargos. Villalonga, que ayer acudió por primera vez a la subcomisión de privatizaciones del Congreso, ha aplicado cambios permanentes en la dirección. Cargos intermedios reconocen que la rotación de sus superiores en el puesto perjudica la estrategia a largo plazo, las relaciones con los reguladores y la calidad del servicio, incluidos plazos más largos para instalación de teléfonos. Relaciones con el núcleo estable. Los bancos del núcleo estable son partidarios de una gestión menos convulsa y Telefónica carece de un consejero delegado del grupo que enfríe las decisiones del presidente. Villalonga no quiere ni oír hablar de un números dos. Durante algunas semanas el sector puso en cuestión la continuidad de Villalonga y el respaldo del núcleo estable a su gestión. El BBV vendió el pasado día 16 un 0,7% de Telefónica, pero se apresuró a aclarar que mantiene su apoyo al equipo directivo.

Inversiones y nuevas tecnologías. "Telefónica ha mejorado la calidad de su red, digitalizada en un 86%", señala un informe de Moody"s. Sin embargo, en 1998 ha recortado su inversión material un 12%, 41.000 millones de pesetas, lo que ha provocado malestar entre los suministradores. Según los sindicatos, el plan estratégico se basa en la inversión cero en ampliación de red, un recorte del 62% en los gastos de mantenimiento y un aumento de la subcontratación, con la consiguiente pérdida de calidad.

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