_
_
_
_
Reportaje:

San Andrés se queda sin postal

La rehabilitación de una plaza madrileña elimina un mosaico de azulejos muy popular entre los turistas

La plaza ha quedado muy bonita, pero debería incluir una advertencia para turistas, más o menos del siguiente tenor: "Absténganse de buscar el rincón que aparece en su guía de viajes". La rehabilitación de la plaza de San Andrés, que el alcalde, José María Álvarez del Manzano, inauguró personalmente hace un par de semanas, ha permitido afianzar edificios con más de un siglo de historia, pero ha sido implacable con los clásicos azulejos burdeos y violeta que alegraban la entrada de la Casa Miguel, un detalle urbano, colorista e inusual inmortalizado en una de las postales más difundidas por los quioscos y oficinas de turismo de la ciudad. Los responsables de las obras aducen que los azulejos carecían de valor artístico y suponían una agresión al conjunto.El arquitecto firmante del proyecto de reforma de San Andrés, Emilio Villaescusa, reconoce que no le tembló la mano a la hora de ordenar la desaparición de estas cerámicas. "Databan de 1984, o al menos así figuraba en una de ellas, y ya presentaban algunas grietas. Además, la normativa municipal ya no permite que cada particular decore la fachada de su local como le venga en gana", razona.

En consecuencia, los azulejos terminaron en el contenedor, y en su lugar puede contemplarse ahora el granito original del edificio. Con alguna pequeña mancha de cola que se ha resistido a las sucesivas limpiezas, porque, según Villaescusa, los baldosines se colocaron "de cualquier manera, sin excesivo cuidado".

Al margen del mayor o menor valor artístico del mosaico -que reproducía un par de imágenes goyescas costumbristas de principios del siglo XIX y prometía "vinos y licores" a la clientela-, muchos habituales de este rincón del Madrid renacentista se han mostrado consternados con la desaparición de los azulejos. "No le hacían daño a nadie. Se habían convertido en una señal de identidad de la plaza", musitaba Jaime, un joven paseante habitual de la zona.Y un responsable de la vecina Cervecería San Andrés admitía: "Nosotros también pensamos en colocar algunos azulejos, porque quedan bonitos, pero ya no nos dejaron. Estos días se oyen comentarios en la barra de que es una pena que los hayan quitado".

Sin embargo, el concejal responsable de Vivienda, Sigfrido Herráez, defiende el trabajo de los profesionales. "El criterio que se aplica es el de recuperar el aspecto original, y lo que existía en este caso es la piedra de granito", reflexiona. Y Emilio Villaescusa, el arquitecto, le secunda: "Durante las obras de rehabilitación, nadie se acercó a decirnos nada de estos azulejos. El único debate vivo entre los vecinos se refería a la tonalidad de amarillo que debíamos aplicar en la fachada".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_