La fiscalía descubre una red dedicada al comercio ilegal de animales exóticos protegidos
La Fiscalía de Medio Ambiente del Tribunal Superior de Justicia de Madrid investiga una red dedicada a la importación y comercio ilegal de animales legalmente protegidos, como serpientes y tortugas, procedentes de países africanos. Las pesquisas apuntan, de momento, a una decena de personas residentes en la capital, Móstoles y Las Rozas, que a su vez están relacionadas con otras cuyo centro de operaciones radica en Cataluña. Un informe de la Guardia Civil revela que el comercio ilegal de especies protegidas reporta pingües beneficios a los miembros de esta red.
El informe del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) destapa que estos animales exóticos son introducidos en España vía Barcelona, en embarcaciones clandestinas, y que desde allí se distribuyen a tiendas de la capital y de la corona metropolitana, que sirven de puente para su posterior traslado a otras regiones.La investigación fue iniciada hace dos años por la Fiscalía de Medio Ambiente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña y luego asumida por la de Madrid tras descubrirse que la región madrileña es el segundo destino de estos animales tras una primera escala en Barcelona. La detención en Barcelona de un acusado de robar tortugas en el centro de recuperación de animales reptiles que posee la Generalitat en Mascuefa puso al Seprona sobre la pista de esta organización. Los agentes descubrieron a un grupo de personas "amantes de los reptiles" que formaban parte de una organización dedicada a la comercialización de animales exóticos sin cumplir la legislación internacional que existe al respecto y que regula el Convenio sobre Comercio Internacional de Especies (CITES), suscrito por España en 1986. "Entre todos forman parte de una especie de club o simpatizantes mutuos que se pasan informes sobre las necesidades de compraventa de reptiles en toda Española e incluso del exterior", señala el informe.
Según la Guardia Civil, la organización trapichea y falsifica los restringidos permisos administrativos que permiten importar este tipo de especies animales. "Llegado el caso, se sirven de falsos permisos para ocultar o intentar legalizar las especies introducidas ilegalmente en España o bien nacidas en cautividad fruto de esa primera entrada ilegal", asevera el citado informe.
"Muchos de los miembros de esta organización", subraya el documento del Seprona, "saben mucho más de la legislación CITES en España que la propia Administración. Y es así porque para ellos la tenencia de estos animales es un hobby muy fuerte, en el que llegan a invertir grandes cantidades de dinero". No todos los miembros la red utilizan estos animales como diversión. Los proveedores se sirven de ese tráfico para obtener pingües sumas de dinero por ellos. A Madrid han llegado en los últimos años, según el informe, muchos cargamentos de tortugas africanas. Escuchas y registros
Entre las personas investigadas en Madrid figura un vecino de Móstoles que, según las pesquisas, se dedica a la "importación de todo tipo de especies; entre ellas, tortugas tipo Hermmanni, Graeca ibérica, marginata y radiata". Por alguna de estas especies se han llegado a pagar hasta 275.000 pesetas. Los miembros madrileños de la organización han importado ilegalmente, además de las especies antes citadas, otras del tipo Sulcata, Pardalis y los llamados monstruos de gila.
El dueño de una tienda de animales exóticos de la capital figura entre los cabecillas de esta red. El Seprona asegura que "se dedica a la importación de todo tipo de animales y tortugas", y que es probable que "utilice autorizaciones -CITES- falsas". El dueño de la citada tienda ha viajado en ocasiones a Francia, según el Seprona, y adquirido cargamentos de tortugas, "de todos los tamaños" que, vía Cataluña, ha hecho llegar a Madrid para luego distribuirlas "al resto del país".
Para destapar este tráfico ilegal, los investigadores se han valido de registros domiciliarios e intervenciones telefónicas. Los investigadores sospechan que el trasvase de animales entre Barcelona y Madrid se efectúa unas veces en camiones clandestinos y otras con empresas privadas de transporte de paquetes.
En una de las conversaciones interceptadas, un investigado de Barcelona comenta a otro de Madrid la inminente llegada a la capital catalana de una partida de tortugas radiatas. Le informa de que cada unidad saldrá a la venta por 100.000 pesetas. En otra de las conversaciones, otro miembro de la red alude a una tercera persona de Barcelona que, según explica, "mueve al año un volumen de 1.500 reptiles , y que los distribuye a Madrid, País Vasco y Centroeuropa".
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