Alcalá Zamora
Recientemente, en EL PAÍS, Luis Yáñez se lamentaba de lo tardía que había sido la rehabilitación, por parte del Estado español, del primer presidente de la Segunda República española, don Niceto Alcalá Zamora. Se olvida el hoy portaestandarte del candidato Borrell que durante los 14 años en que los socialistas gobernaron "absolutamente" en España pudieron haber hecho lo propio, puesto que la mayoría de ellos se confiesa tímidamente republicana, y otros, como Alfonso Guerra, abiertamente. Y ello era muy fácil, puesto que el Gobierno de José María Aznar se ha limitado a certificar que don Niceto nunca perdió la nacionalidad española, a pesar de haber sido, sin fundamento alguno, desposeído de ella al término de la guerra civil.Romper lanzas hoy en favor del depuesto presidente republicano resulta incluso embarazoso. Alcalá Zamora tuvo la rara habilidad de enemistarse con las derechas, las izquierdas, los monárquicos y los republicanos. Basta leer las páginas de Gracia y justicia o los diarios de Azaña, recién publicados, para comprobar el desprecio que por él sentía el entonces jefe de su Gobierno al relatar las lamentables escenas de los Consejos de Ministros habidos bajo su presidencia. Si tanto respeto sienten hoy por él los socialistas podían haberlo demostrado con anterioridad. Hacerlo ahora parece un brindis al sol.- Embajador de España.
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