El PP recurre a Zaplana para defender los programas sobre los puntos débiles de su gestión

Eduardo Zaplana asumirá la presentación de los programas electorales del PP relativos a lengua, sanidad y educación. Los populares han decidido recurrir a su principal activo electoral para defender ante el público los puntos más débiles de su gestión. La personalización de la campaña es clave puesto que la imagen que ofrece el presidente de la Generalitat sigue siendo más centrada que la del partido. Los populares estiman que cuentan con un mes para trasladar mensajes a partir de mediados de abril y asumen que el resto de la campaña será un intercambio de descalificaciones.

La apuesta de Zaplana al proponer a las Cortes que el Consell Valencià de Cultura elaborara un dictamen sobre la denominada polémica lingüística para intentar aparcar definitivamente un conflicto que la inmensa mayoría de los valencianos considera estéril se frustró en el último acto y por interés partidista. Los socialistas tienen previsto utilizar el fracaso de la constitución de la Acadèmia Valenciana de la Llengua para denunciar la escasa capacidad de Zaplana a la hora de resolver una de sus grandes apuestas políticas. El presidente de la Generalitat asumirá el reto. Los populares defenderán las acciones impulsadas durante la presente legislatura en aras de la normalización del uso de la lengua con números absolutos relativos al aumento de las líneas de educación en valenciano, por ejemplo. Corresponde al talento malabarista de Zaplana trasladar a los socialistas la responsabilidad del fracaso de la Acadèmia, a ser posible, con un discurso en valenciano. La Sanidad es otro de los grandes retos del presidente. Zaplana ha mencionado en más de una ocasión la posibilidad de ofrecer un gran pacto político en materia sanitaria para afrontar la constitución de un modelo sanitario sostenible por las arcas públicas. Fuentes del PP apuestan por insinuar la propuesta en campaña para formularla después de las elecciones, pero está claro que el modelo aplicado en Alzira, la transferencia a la gestión privada de un hospital público, es clave en la estrategia economicista que trasluce el sistema. El equipo de campaña del partido considera una lástima que el nuevo hospital de La Ribera sólo haya podido ser inaugurado en enero de este año, pero sí tiene claro que Joaquín Farnós, consejero de Sanidad, no es la persona más adecuada para ofrecer logros de gestión. Menos aún habilidad política para solventar los problemas que ha tenido que afrontar durante la presente legislatura. El consejero de Sanidad ha conseguido enfrentarse a médicos, farmacéuticos, sindicatos, a sus propios equipos de inspección y a la mismísima judicatura. Otro aspecto clave sobre el que arremeterá la oposición es la educación. La sucesión de consejeros de Educación y Cultura aconseja personalizar en el autor de la ponencia sobre política social que aprobó el último congreso nacional del PP la definición del programa político. Zaplana apuntó entonces conceptos como la educación permanente y la vinculación de los programas de estudio con las posibilidades laborales reales como ejes de un nuevo modelo. La complicada implantación de la LOGSE permite a Zaplana aferrarse, otra vez, a los números absolutos para intentar acallar la capacidad de movilización que han demostrado las plataformas en defensa de la educación pública. El equipo de campaña del PP persigue explicar que el proyecto iniciado en 1995 no puede ser culminado sin una segunda legislatura. Los populares están convencidos de que después de cuatro años en las instituciones han conseguido disipar muchos miedos sobre su capacidad de gestión y apuestan por un mensaje ilusionante, que será estratégicamente situado en el área metropolitana de Valencia y otras ciudades medias donde los socialistas cuentan con sus más sólidos apoyos. Los actos sectoriales se sucederán a partir de mediados de abril, momento en que se pretenden cerrar todas las listas, pero la campaña de contenidos será breve, según estiman los populares, que dan por hecho que la descalificación del adversario se impondrá sin remedio.