Schröder confía en que España acepte su nueva oferta sobre los fondos de la UE
El canciller alemán, Gerhard Schröder, anunció ayer en Madrid, tras entrevistarse con José María Aznar, que su país presentará la próxima semana en Berlín, durante la cumbre de la UE, una propuesta sobre la futura financiación comunitaria, es decir, sobre la llamada Agenda 2000. Schröder aseguró que su oferta será aceptable para España. Su declaración fue suficiente para que el presidente español entendiese que se ha abierto una nueva posibilidad de acuerdo en la cumbre de Berlín. El Gobierno se resiste a que una reducción de las contribuciones de los países más ricos perjudique gravemente los fondos comunitarios que recibe España. "La presidencia alemana hará propuestas para la Agenda 2000, especialmente sobre política económica y financiera, que con toda seguridad será aceptable para España, aunque todavía quedan algunas diferencias", declaró Schröder. El canciller no adelantó detalles, pero en Bruselas sí se supo ayer que Alemania ha incorporado a su propuesta la iniciativa española de crear un fondo para compensar los gastos que sufren países que, como Alemania, asumen gran número de refugiados y asilados. Aznar y el canciller intentaron también acercar posturas para resolver la crisis en la UE tras la dimisión de la Comisión Europea, aunque ambos subrayaron que la prioridad en la cumbre de Berlín, los próximos días 24 y 25, es la de solventar las diferencias sobre la Agenda 2000. "Mientras no se resuelva la Agenda 2000 será muy difícil solucionar otras cosas, por no decir imposible", manifestó Aznar. El Gobierno español prefiere tener paciencia a la hora de sustituir a la Comisión, mientras que Alemania, con el apoyo inglés y de los integrantes de la propia Comisión, quieren que el relevo se haga cuanto antes. Ayer parecieron crecer las posibilidades de que se convoque una cumbre extraordinaria después de la de Berlín para relevar a la Comisión. Entre los posibles presidentes, las apuestas favorecen ahora al italiano Romano Prodi y al primer ministro holandés, Win Kok.
