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Polémica por la dimisión de Elorza como consejero general de Kutxa

Las polémicas negociaciones para la compra de la sala de exposiciones del Kursaal por parte de Kutxa anunciaban una tormenta que ha descargado con toda su virulencia. El alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, hizo pública ayer su dimisión como consejero general de esa entidad y acusó a la caja de "impedir" que este espacio cultural pueda entrar en funcionamiento en 1999, en perjuicio de un "proyecto de gran importancia para el desarrollo del sector terciario" de la ciudad. La respuesta de la entidad no se hizo esperar: "Kutxa tiene interés y apuesta por el Centro Kursaal, considerando que es la obra cultural más importante de San Sebastián, junto con el Parque Tecnológico de Miramón en el ámbito empresarial". La chispa saltó el pasado viernes en la Asamblea General de Kutxa. El alcalde fue el único de los 81 consejeros asistentes a la reunión que votó en contra del plan de actuaciones y el presupuesto de esta entidad para 1999. Ayer aseguró que las preguntas lanzadas para desbloquear la negociación se encontraron con "el silencio y la prepotencia" del presidente de la entidad, Fernando Spagnolo. Las relaciones entre Ayuntamiento y Kutxa han estado presididas por la controversia permanente sobre la adquisión por la entidad de ahorro de la sala de exposiciones, de 1.100 metros cuadrados, cuyo último precio de compra se situó en 600 millones. Kutxa, que el pasado ejercicio logró un beneficio neto de 30.000 millones de pesetas, vinculó la adquisión de este espacio cultural a la recepción por el consistorio de todo el polígono de Miramón, donde la entidad pondrá en marcha el Museo de la Ciencia. "Motivos políticos" Elorza se refirió ayer a este extremo. Precisó que este proceso ya está en marcha "con recepciones parciales". Pero insistió en que requiere de "informes técnicos que condicionen la entrega a la correcta ejecución de las obras para no aceptar a ciegas un ámbito que supondrá para los donostiarras una carga anual de 135 millones de pesetas". Kutxa le recordó que concretar la compra depende también de que "la Sociedad Kursaal adquiera la plena propiedad del inmueble". En este cruce de acusaciones Elorza se preguntó si la "razón de fondo de la actitud dilatoria de la Kutxa", radica en "el regateo de 50 o 100 millones", u otras "motivaciones de raíz política y trasfondo sectario. La entidad quiso despejar todo tipo de dudas. "En su gestión financiera, social y cultural", Kutxa, "es independiente de sus entidades fundadoras (entre ellas el Ayuntamitnto) y de los partidos políticos, sin que, por lo tanto, pueda estar mediatizada por las declaraciones y posturas de ningún representante político". La dimisión de Elorza suscitó reacciones críticas de sus socios de gobierno. Ambos, PNV y EA, le acusaron de actuar de forma personal, sin tener en cuenta los intereses de los ciudadanos.

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