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Las dos cajas navarras dispondrán para el 15 de mayo del borrador de su fusión

Los presidentes de las dos cajas de ahorro de la comunidad foral, Miguel Sanz y Javier Chourraut, presentaron ayer el acuerdo de fusión de ambas entidades -la Caja de Ahorros de Navarra (CAN) y la Municipal de Pamplona (CAMP)- escenificaron con un cálido apretón de manos la autorización conjunta a una consultora multinacional para que, antes del 15 de mayo, presente el borrador técnico del proyecto. Una fusión que podría extenderse, en una segunda fase, a otras cajas de ahorro navarras o foráneas.

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El presidente del Gobierno de Navarra, de UPN y de la CAN, Miguel Sanz, aseguró estar convencido del "éxito" de la operación, que viene impuesta en gran medida por los cambios del sistema financiero español y la integración de los mercados europeos, retos externos que han logrado superar las reticencias políticas iniciales. "Estamos seguros de que la fusión es factible, pero no queremos que responda a un mero voluntarismo político, sino que se asiente en una verdadera solvencia técnica", señaló el presidente de la CAN. El alcalde de la capital navarra y presidente de Caja Pamplona, Javier Chourraut (CDN), corroboró la misma idea para una entidad que gestionará 800.000 millones de pesetas en recursos ajenos, tendrá créditos concedidos por valor de medio billón de pesetas y superará los 100.000 millones de pesetas de recursos propios. Ambas cajas han alcanzado en 1998 más de 14.000 millones de pesetas de beneficios netos. Sanz y Chourraut presentaron en sociedad los acuerdos que el Consejo de la Federación Navarra de Cajas de Ahorro, compuesto por CAN y CAMP, adoptó el pasado día 12, y que se basan en la contratación de una empresa asesora multinacional para diseñar la fusión. Las dos entidades sufragarán a partes iguales el costo de los estudios de viabilidad del proyecto, que incluyen la justificación de la operación, la modalidad de fusión elegida, nombre, domicilio y estatutos, integración de los órganos de gobierno y otras áreas resultantes. En este terreno, Miguel Sanz no obvió los problemas que se derivarán del "carácter aforado" de los estatutos de ambas instituciones, las únicas de España que no se han democratizado y en la que ni los trabajadores ni los impositores están representados con arreglo a lo que determina la ley de Normas Básicas sobre Órganos Rectores de las Cajas de Ahorro de 1985. El presidente navarro reiteró que la fecha que se sigue barajando para dar vida a la nueva entidad es el 1 de enero del año 2000. Recordó que ambas cajas se han comprometido en el periodo de fusión a no adoptar decisiones de crecimiento de plantilla u oficinas (272 sucursales) o invertir en sistemas informáticos o inmovilizado o participaciones societarias que puedan "acentuar las divergencias existentes en la actualidad". Al margen de lo que el diagnóstico de la consultora, cuya identidad no se facilitó, pueda ofrecer, Sanz y Chourraut mostraron su esperanza en que la unión no sea traumática ni para los directivos de ambas entidades ni para los trabajadores (1.263 empleados en conjunto).

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