Los "lealistas" también atacan a la paz

El asesinato de la abogada norirlandesa Rosemary Nelson ayer en Lurgan expone una criminal determinación de destruir el proceso de paz en el Ulster y cambia el enfoque generalizado que señala al Ejército Republicano Irlandés (IRA) como el único escollo en la búsqueda de una solución al conflicto. En el campo protestante también existen extremistas como los autodenominados Defensores de la Mano Roja, un grupo presuntamente compuesto de no más de 50 militantes lealistas y, como quedó fatalmente demostrado ayer, están más activos que nunca.La bomba que segó la vida de Nelson, una tenaz defensora de los derechos humanos, plantea un nuevo debate entre los políticos del Ulster que se reunirán en las próximas horas en Washington con el presidente norteamericano Bill Clinton en un esfuerzo por desbloquear el proceso. Poco antes de partir a la capital estadounidense, David Trimble, el líder del Partido Unionista del Ulster (UUP) y primer ministro designado del futuro Gobierno norirlandés, había expresado su esperanza de que la intervención directa de Clinton sobre el Sinn Fein de Gerry Adams, el frente político del IRA, podría producir el desarme de los republicanos. La renuencia del IRA a entregar sus arsenales a la comisión internacional de desarme presidida por el general canadiense John de Chastelain, es vista por los unionistas como una señal de mala fe que impide el acceso del Sinn Fein al nuevo Gobierno. Pero Trimble tendrá ahora que reconocer que el terrorismo no es un fenómeno exclusivo de los republicanos católicos. Fuentes políticas en Belfast decían anoche que Trimble ahora tendrá que ordenar a su partido a colaborar aún más con la policía a fin de desarticular a las organizaciones extremistas.