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Una colonia de aves protegidas frena la construcción del aeropuerto de Campo Real

Fomento admite que la ubicación del segundo aeródromo presenta problemas ecológicosEl futuro aeródromo se levantaría en una meseta a 40 kilómetros al este de Madrid

Vicente G. Olaya

La candidatura de Campo Real como sede del segundo aeropuerto de Madrid capota. Fuentes de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) afirman que "Campo Real presenta problemas medioambientales". "Ya se ha constatado la existencia de una zona de aves protegidas, en concreto unas colonias de avutardas", añaden. Ante la posibilidad de que el Ministerio de Medio Ambiente bloquee la construcción de este aeródromo, y de acuerdo con las condiciones de la declaración de impacto, se presenta una nueva candidatura: una meseta entre Madrid y Guadalajara. Antes del próximo 13 de abril AENA debe presentar en el Ministerio de Fomento dos alternativas a la ampliación de Barajas. La declaración de impacto ambiental aprobada en 1996 por el Ministerio de Medio Ambiente así lo obligaba. Esta norma, que determina las medidas correctoras que deben acompañar las futuras obras de ampliación del aeródromo, imponía la exigencia de buscar dos alternativas con el objetivo de aliviar el impacto acústico sobre los residentes en los alrededores de Barajas. El Ministerio de Fomento y la Comunidad de Madrid acordaron el mes pasado que cuando Barajas tenga cuatro pistas -ahora cuenta con tres, pero sólo dos son operativas- y alcance su máxima ampliación se construiría un nuevo aeropuerto.El lugar pactado entre las administraciones fue Campo Real, un municipio a 25 kilómetros de Madrid, y donde la presión urbanística es muy pequeña. Allá por la segunda década del próximo siglo, el aeropuerto de Campo Real estaría acabado y Fomento cerraría Barajas. De hecho, la Comunidad ya ha reservado el suelo necesario para construir en Campo Real el aeródromo, y en los despachos de la Consejería de Obras Públicas, Transportes y Urbanismo hace meses que se pintan sobre planos las futuras comunicaciones con este nuevo aeródromo: desde autovías hasta trenes de velocidad alta que servirían para trasladar a los usuarios hasta la capital en el mínimo tiempo. Pero ahora el proyecto -cuyo presupuesto podría superar el billón de pesetas- está en el aire.

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Fuentes de AENA explicaron que la Sociedad Española de Ornitología (SEO-Birdlife), una de las principales organizaciones ecologistas internacionales, ha recordado que las mesetas de Campo Real "son zonas protegidas", ya que en ellas habitan las avutardas, unas aves defendidas y en peligro de extinción. "Por ello hay graves problemas medioambientales para instalar allí un aeropuerto. Según nos han explicado, no existe posibilidad de trasladar a otra parte estas aves". Y subrayaron: "Estas razones pueden llevar al Ministerio de Medio Ambiente a no dar el visto bueno a Campo Real. En ese caso, Santorcaz se convertiría en el lugar elegido, ya que los impedimentos medioambientales son allí mínimos".La zona seleccionada de Santorcaz, según AENA, es "una meseta rugosa", entre Madrid y Guadalajara, que "puede adaptarse como nuevo aeropuerto". Santorcaz, situada a 40 kilómetros al este de la capital, tiene unos 500 habitantes. Su renta familiar (954.000 pesetas per cápita) es un 10% inferior a la media regional.

A este respecto, la SEO, en una carta enviada el pasado 8 de febrero al consejero de Obras Públicas, Luis Eduardo Cortés, y al Ministerio de Fomento, recordó que la "zona elegida para la ubicación de las nuevas instalaciones aeroportuarias [de Campo Real] está identificada" como "área importante para las aves número 075, Alcarria de Alcalá, de acuerdo con los criterios internacionales".

La Sociedad Ornitológica Española explica en su misiva que "el valor natural del área importante para las aves de la Alcarria de Alcalá radica en las poblaciones de avutarda común y sisón común". Ambas especies están en el catálogo de aves amenazadas y protegidas por diversas legislaciones ambientales tanto europeas como internacionales.

"Estas aves se encuentran también", afirma la SEO, "en el anexo I de la directiva 79/ 409/CEE, relativa a la conservación de las aves silvestres, y, por lo tanto, serán objeto de medidas de conservación especiales en cuanto a su hábitat, con el fin de asegurar la supervivencia y reproducción en su área de distribución".

Los ecologistas añaden que el Tribunal de Justicia de Luxemburgo, en una sentencia del pasado 19 de mayo, estimó que "al menos el 50% de las áreas de importancia para las aves identificadas por Birdlife International [organismo conservacionista al que está adscrita la SEO] deberán ser declaradas zonas de especial protección [ZEPA]" y, por tanto, estarán bajo tutela directa de la Unión Europea. En ellas no hay sitio para los aeropuertos.

El pasado 3 de marzo, Miguel Ángel Naveso, director de conservación de la SEO, se reunió con responsables de la Secretaría de Estado para las Infraestructuras y de AENA. "Les explicamos que era imposible construir el aeropuerto en Campo Real sin violar las directivas europeas", recuerda Naveso. "Las avutardas y los aviones son incompatibles. Ambos requieren los mismos lugares. A las avutardas les gustan los espacios abiertos, libres de presión urbanística... Como a los aviones", dice.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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