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MÉXICO

Tres orejas para Rafael Ortega

De los descastados toros de De Santiago tres se dejaron y tres salieron a defenderse. Rafael Ortega con dos de los manejables, cosechó tres orejas, pero Manolo Sánchez con el otro manejable fue abucheado. Humberto Flores se justificó con el lote peligroso.Rafael Ortega caminándole recibió con verónicas al reservón pero claro primero. Se adornó por chicuelinas, así como en los dos primeros pares de banderillas. Su faena también la inició caminándole con doblones que metieron a la bayeta al débil oponente. Cruzándose con tenacidad lo hizo repetir y ligó tres tandas de templados derechazos, pero por el izquierdo no pudo acomodarse. Aunque hubo decisión en la ejecución de la suerte suprema, la colocación del acero fue defectuosa.

Santiago / Ortega, Sánchez, Flores Toros de De Santiago, justos, sin fuerza y descastados

Rafael Ortega: oreja protestada; dos orejas. Manolo Sánchez: ovación; dos avisos y abucheos. Umberto Flores: ovación y salida al tercio; aplausos. Monumental Plaza México, 7 de marzo. Casi media entrada.

Pegado en tablas el tlaxcalteca esperó con dos atropelladas tafalleras al noble cuarto. Se lució por gaoneras y después despertó emoción en el último par de rehiletes que colocó al sesgo. Sentado en el estribo inició su muleteo, pero como el adversario no repetía optó por llevarlo a los medios. Allí se enteró de que el astado era una carretilla de entrenamiento, pues aunque caminaba paso a paso su viaje era fijo y largo. Muy sereno se dio el lujo de practicar el maravilloso toreo acompasado en series de redondos iniciados unas veces con la vitolina y otras con molinete, pero siempre abrochando con soberbios cambios de mano por delante y de pecho. La res no le tiró un solo derrote en toda la faena.

¡Vaya abucheo que se llevó Manolo Sánchez! La afición salió decepcionada, pues esperaba que refrendara el triunfo de su actuación anterior, pero Sánchez se desconcertó y no sólo no entendió al quinto, que transmitía y planeaba, sino sin ambición alguna actuó, pues no sacó la vergüenza torera que otras tardes ha mostrado en este coso. Al no darle la distancia idónea, el cornúpeta no podía llegar al embroque desahogadamente y le atropellaba el engaño. Para colmo de males falló en el descabello y escuchó dos avisos.

Al capotear al abanto segundo, Sánchez lo tuvo que acosar. Como la medrosa bestia huía de la franela, logró meterla al engaño y la toreó por ambos lados aunque bastante retirado.

El jaliciense Humberto Flores cargó con el lote malo, pero gracias a su pundonor y a su clase dejó buen sabor de boca. Saludó con rítmicos lances al distraído tercero y trasteándole suavemente consiguió que el morlaco obedeciera. En los medios ejecutó un toreo profundo por el derecho, y en su última tanda de redondos barrió la arena con la franela. Al pararse el burriciego bovino le enhebró abanicos por la espalda con los pitones rozándole el terno.

El alegre sexto al salir al ruedo trató de saltar la barrera y se lastimó una pata. Flores le instrumentó con plasticidad la gaonera varias veces. Aunque al principio de la lidia el bicho sólo era áspero terminó con mucho sentido. Al querer dar un natural, el animal se frenó y le tiró un derrote arrancándole los machos de la taleguilla, pero el valiente matador no se inmutó y siguió como si nada.

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