Los accionistas aprueban la creación del BSCH
Botín descarta rotundamente la venta de Banesto y reafirma la apuesta por Latinoamérica
La Junta General de Accionistas del Banco Santander aprobó ayer el proyecto de fusión con el Banco Central Hispano (BCH), que dará lugar al nuevo Banco Santander Central Hispano (BSCH). La fusión, por absorción del segundo por parte del primero, requerirá una ampliación de capital del Santander por importe de 76.299 millones de pesetas (458, 5 millones de euros), para atender el canje de acciones en la proporción de tres títulos del banco cántabro por cada cinco del BCH. El presidente del banco, Emilio Botín, destacó en su discurso a los accionistas que, aunque "se trata de ser los mejores, el tamaño es imprescindible para ser eficientes y competitivos". Pero, además, hizo fuerte hincapié en la apuesta del nuevo banco por Latinoamérica, "a pesar de las dificultades coyunturales", significó la importancia estratégica de Banesto dentro del grupo y defendió abiertamente la decisión de su hija, Ana Patricia, de abandonar las tareas ejecutivas del banco.
"Hay momentos en los que hay que elegir entre cuestiones familiares y empresariales. Así de claro. Y Ana Patricia ha hecho muy bien en presentar esa propuesta. Eso es perfectamente compatible para que siga desempeñando funciones muy importantes en el consejo, en la comisión ejecutiva y en otra serie de entidades del banco", enfatizó Botín cuando contestó a dos preguntas relacionadas con la reciente decisión de su hija mayor.
"El mejor momento"
Pero a Botín, que ayer no entró en valoraciones sobre la situación política como en otras ocasiones, le pedía el cuerpo y la mente hablar del BSCH, cuya creación fue respaldada por más del 70% de los votos. Tras repasar rápidamente la economía mundial ("en 1999 será que crezca más del 2,5% y tras resaltar las mejoras económicas del último ejercicio en España, se volcó en el nuevo banco. "Es el banco que queríamos para competir en Europa, y para crear esta entidad, el BCH era el banco ideal". "No hemos improvisado nada", agregó, para elogiar inmediatamente a sus compañeros de viaje. Es decir, al copresidente, José Maria Amusátegui, y a los vicepresidentes Ángel Corcóstegui ("como he dicho en más de una ocasión, es el consejero delegado que el grupo necesita") y Matías Rodríguez Inciarte, que ayer le precedió en el uso de la palabra.
"Estamos haciendo la mejor fusión en el mejor momento posible", prosiguió, al mismo tiempo que destacaba una de sus obsesiones, la de ser los mejores. Para Botín eso no es sinónimo de ser los mayores, pero él mismo subrayó que el tamaño es imprescindible para ser competitivos: "Es necesario para preservar la independencia y la capacidad de generar cada vez más valor para los accionistas". "Para ser fuertes en Europa", añadió, "hay que ser fuertes en el propio mercado de origen y demostrar a la comunidad inversora internacional que se es capaz de generar recurrentemente los ingresos necesarios para cubrir la estructura de costes, para hacer frente a los riesgos de la intermediación global y para retribuir mejor a los accionistas".
Destacó Botín la celeridad con la que se ha desarrollado la fusión y no perdió la oportunidad para lanzar una nueva andanada a su gran rival, el BBV, sin mencionarlo. "Hemos hecho en 49 días lo que otros no consiguen en años". En ese sentido, destacó el plano de igualdad en que se hace la fusión, aunque, en definitiva, es el Santander el que absorbe al BCH. Y remachó con una de sus obsesiones: "Cuando encontramos que el BCH comparte la visión de futuro, tan sólo hay que hacer una cosa: moverse con rapidez, crear el BSCH y, sin pérdida de tiempo, ponerse a trabajar para aumentar el liderazgo, que es la única forma de asegurar la mayor capacidad de generar valor".
El presidente del Santander hizo un apartado especial a la vocación cántabra de la nueva entidad: "Esta no es la última junta del Banco Santander, sino la primera del nuevo BSCH. Y la estamos celebrando aquí, en Santander, tal y como lo haremos el año que viene y al siguiente y al otro también". Echó la vista atrás, a 1857, cuando la entidad se instaló en el paseo de Pereda con cinco reales de vellón, y destacó que ahora ésa será la sede de un banco que hoy es la suma de cuatro de las siete grandes instituciones más importantes de la historia bancaria española: Banesto, Central, Hispano Americano y Santander, que precisamente era el más pequeño. Tuvo tiempo para la nostalgia: "Si a cualquiera de aquellos hombres de negocios que crearon el Santander les hubiéramos podido preguntar cómo había de responder ante el deterioro de la situación económica y el aumento de los riesgos, habrían respondido que sólo hay tres caminos: fortalecer la estructura del banco, mejorar la calidad de balance y reducir costes. Exactamente lo mismo que lo que ha hecho el Santander a lo largo de 1998".
Banesto y Latinoamérica
Tanto en su discurso como en respuesta a varios accionistas, volvió a remarcar la importancia de Banesto en el futuro del grupo: "La fusión no alterará la autonomía operativa y de gestión de Banesto, que avanzará conjuntamente con el BSCH en desarrollo común sin perder su identidad". "Banesto es un asunto estratégico", continuó, "seguirá siendo autónomo, un satélite, como ha dicho su presidente, Alfredo Sáenz, aunque yo diría que es una luna". Remachó que no tiene ninguna intención de vender esta entidad: "Rara vez me han visto decir que no iba a vender algo y que lo haya vendido; más bien lo que he dicho es que no iba a comprar y sí he comprado". "Banesto no tiene precio", concluyó.
Uno de los pilares del futuro del BSCH, además de Europa (Botín recordó las alianzas que tiene en el continente con Royal Bank of Scotland, San Paolo-IMI, Commerzbank, Société Générale- Paribas y Banco Comercial Portugués), es Latinoamérica, donde el BSCH es la principal entidad financiera. "Las dificultades coyunturales por las que atraviesan las economías iberoamericanas no van a hacernos revisar nuestra convicción de que el desarrollo de la banca comercial en este continente es una de las armas más poderosas para la creación de valor que tiene una institución como la nuestra".
Reconoció que la presencia en el área latinoamericana conlleva riesgos, "pero también oportunidades que no se dan en los mercados más maduros como los europeos". El Santander tiene ya el 6% de los depósitos bancarios de la región y gestiona los fondos de pensiones de más de 4,2 millones de latinoamericanos. La morosidad se sitúa en esa área en el 3,6%, aunque la cobertura es del 112, 9%.
El capítulo de retribución a los accionistas, en una junta dócil, levemente salpicada por uno de los siete accionistas que hicieron uso de la palabra y que recibió abucheos de los asistentes al criticar a Botín y al banco, atrajo la atención habitual. Los dividendos distribuidos por el banco sumaron un total de 73.346 millones, el 51, 6% del beneficio neto atribuido del grupo (142.163 millones), el dividendo neto por acción fue de 127 pesetas, frente a las 113 de 1997.
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