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Los socialistas cuestionan la seguridad de la planta incineradora de Constantí

El Partit dels Socialistes (PSC) aprovechó ayer la visita del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, a la planta incineradora de residuos industriales de Constantí (Tarragonés), que se encuentra en periodo de pruebas, para cuestionar las medidas de seguridad de la nueva infraestructura. Los socialistas se sumaron así a las discrepancias existentes entre la Generalitat y el Ayuntamiento de Constantí sobre la puesta en marcha de la planta.

Mientras que el presidente de la Generalitat relativizó ayer el hecho de que la incineradora se encuentre desde el pasado mes de agosto en periodo de pruebas "cuando está funcionando al 80% de su capacidad", los parlamentarios autonómicos Montse Duch y Antoni Sabaté, y el diputado al congreso Javier Pérez de Tudela, todos del PSC, aseguraron que únicamente se han realizado pruebas con determinados productos, con los que la planta ha llegado al 80% de su actividad. El miércoles los tres representantes socialistas visitaron la planta, que podrá tratar hasta 30.000 toneladas anuales de residuos tóxicos o especiales. Según explicaron ayer, la visita les generó una serie de dudas que han convertido en interpelaciones parlamentarias, referidas tanto a la seguridad exterior de la planta como a la política de tratamiento de residuos. Los socialistas critican que no se haya reflexionado sobre la inclusión de la planta de Constantí en el Plan de Seguridad Química de Tarragona (Plaseqta) o la instalación de medidas de seguridad (sensores) para las personas. Asimismo cuestionan la estanqueidad de las zonas húmedas de la planta, por si pueden producirse fugas que contaminen los acuíferos de la zona. Los socialistas se han sumado así a las discrepancias existentes entre el municipio de Constantí y el Departamento de Medio Ambiente. Si el primero considera que para facilitar la licencia municipal es necesario tener antes la certeza de que la planta está en perfectas condiciones, según Medio Ambiente la instalación podría ponerse en funcionamiento de forma inmediata. Esta última postura recibió ayer el apoyo contundente de Pujol, que recordó la importancia de una infraestructura que viene a cubrir la necesidad creada por la imposibilidad de poner en marcha a principios de los noventa del Plan de Residuos en la Conca de Barberà ante la fuerte oposición de los municipios de la comarca. Los socialistas criticaron la visita al centro de Pujol y de los consejeros de Medio Ambiente, Joan Ignasi Puigdollers, y de Obras Públicas, Pere Macias, por su afán de "presencialismo" en la zona, que, según Montse Duch, "afecta a la capacidad de gestión diaria."

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