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Jueces

El juez decano de Algeciras ha dimitido. La dimisión, como acto de voluntad comprensivo de la renuncia a un cargo, carecería de trascendencia, ya que la institución no quedaría afectada, pues sería llamado un nuevo decano a ejercer las funciones abandonadas. Sin embargo, las razones alegadas por el dimisionario -evitar desprestigio a la institución judicial y la denuncia a otro juez como posible colaborador en una estrategia dirigida al desprestigio de personas y grupos políticos, todo arropado por la sospecha de que el decano había utilizado a la policía judicial para investigar a su compañero y a otras personas- hacen que esta dimisión deje el ámbito personal, donde debería agotar sus efectos, quede afectada la institución y se justifique el interés de los ciudadanos. El cruce de manifestaciones que se están produciendo y la cascada de noticias traen a esta comunidad un conflicto entre jueces que se creía reservado a las grandes estrellas de Madrid, pero también traen otra realidad, la de que ni el Consejo General del Poder Judicial ni el presidente del Tribunal Superior de Justicia han sabido poner fin a una situación conflictiva conocida, y no de ahora. En un tiempo en el que el CGPJ empieza a escribir algunas páginas del Libro Blanco -ha entrado en vigor el Reglamento para la tramitación de quejas del ciudadano relativas al funcionamiento de los juzgados- sería buena ocasión para que se pronuncie y se sepa si algunos jueces emplean su cargo para investigar a personas no sujetas a un proceso judicial o gastan tinta y pluma en colaborar con formaciones políticas, como también si el conflicto pudo ser evitado con la adopción de medidas por quien ostenta la representación del CGPJ en esta comunidad y tiene todas las facultades que le otorga la LOPJ. El silencio de las instituciones y la ausencia de respuesta ante hechos que, de ser ciertos, son muy graves, no parece que sea signo de discreción, sino más bien de una tolerancia que ahonda el desprestigio de la Justicia, cuya credibilidad pasa por la responsabilidad de sus órganos de gobierno, por la transparencia de sus actos frente al justiciable, pero también de quienes la administran, los jueces.EUGENIO SUÁREZ PALOMARES

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