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El acuerdo de Rambouillet

El texto sobre Kosovo que se llevaron las partes del largo encierro en el castillo de Rambouillet está finamente hilado. Dibuja una autonomía compleja, con el verdadero poder en dos manos: las municipalidades y la comunidad internacional a través del jefe de la Misión de Implementación. Son 82 apretadas páginas en inglés, ordenadas en ocho capítulos y dos anexos. Se contempla una amnistía general, salvo para los delitos graves contra el derecho humanitario internacional.

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El acuerdo parte del compromiso internacional con la "soberanía e integridad territorial de la República Federal de Yugoslavia", junto con la afirmación de que no habrá cambios de fronteras en Kosovo. Concede a la región una práctica total autonomía económica, judicial y policial, aunque formalmente la provincia se mantenga dentro de Serbia.

Constitución.

El texto crea una Constitución provisional para Kosovo, corta, con 11 artículos esenciales. Precisa que cada comunidad nacional, y sus individuos, podrán mantener contactos sin restricciones con representantes de sus comunidades nacionales en Yugoslavia y fuera de ella (es decir, los serbios de Kosovo con Serbia, los albanokosovares con Albania, etc.). Se elegirá una Asamblea de Kosovo de 120 miembros, 80 elegidos directamente, y el resto por comunidades "nacionales", incluyendo otros grupos minoritarios en la zona, aparte de albaneses y serbios. Esta asamblea elegirá al presidente de Kosovo -que propondrá a un primer ministro-, supervisará la sanidad, aprobará leyes en distintos ámbitos y "llevará las relaciones exteriores".

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Ayuntamientos.

El municipio es la unidad básica de autogobierno, lo que debería evitar el predominio de unas minorías o mayorías nacionales sobre otras. A las autoridades municipales -una Asamblea, un Ejecutivo, y los organismos que sean necesarios- se le atribuyen competencias esenciales como la policía, la educación, el cuidado infantil o una capacidad de imponer y recaudar impuestos. Las policías municipales, con un máximo de 3.000 integrantes en todo el territorio de Kosovo, tendrán en su término la autoridad exclusiva para la aplicación de la ley, una vez que estén formadas y se haya producido la retirada paulatina de la policía serbia. A la policía fronteriza serbia le quedarían algunos flecos de autoridad.

Europa y la Misión de Implementación.

Europa se presenta no sólo como actor, sino como atractor principal, al afirmarse que el respeto del acuerdo será central para el desarrollo de las relaciones con las instituciones europeas. Europa, a través de las OSCE (Organización para la Cooperación y Seguridad en Europa) y de la Unión Europea, es la encargada de la llamada Misión de Implementación del acuerdo. Tendrá un jefe al frente con amplios poderes para hacer y deshacer, revisar los nombramientos de los que dirijan las policías municipales, vigilar la situación, tener acceso, con sus monitores, sin limitaciones a todas las zonas de Kosovo -y en coordinación con la fuerza militar internacional (KFOR)- y contar con frecuencias de radio y televisión. El presidente del Tribunal Europeo de Derechos Humanos será el que elabore una lista de la que saldrán los integrantes del Tribunal Constitucional de Kosovo y para la designación del Ombudsman[Defensor del Pueblo] de la provincia (que no podrá ser originario de la antigua Yugoslavia). El jefe de la Misión de Implementación gozará, prácticamente, de carta blanca. Podrá establecer un Consejo Conjunto de Kosovo (integrado por un miembro de cada comunidad nacional) o Consejos locales.

Aspectos militares.

En este preacuerdo se invita al Consejo de Seguridad a aprobar una resolución apoyándolo dentro del Capítulo VI de la Carta de Naciones Unidas (el referido al uso de la fuerza) lo que legitimaría la invitación al despliegue militar que se encargaría a la OTAN, aunque abierto a la participación de países no miembros de la Alianza. El texto, además de un inmediato cese de hostilidades y de la liberación de prisioneros, preve a partir del día "K" (que decidirá la OTAN), un calendario de retirada de fuerzas serbias y yugoslavas, y de "Otras Fuerzas", una forma de no nombrar al Ejército de Liberación de Kosovo que tendría, sin embargo, que desarmarse en 90 días. Las fuerzas tendrán que mantenerse fuera de una zona de 5 kilómetros de ancho a lo largo de las fronteras internacionales de Kosovo (es decir, con Macedonia y Albania).

¿Y después?

El acuerdo es provisional, para tres años. El estatuto definitivo de Kosovo se fijará mediante un mecanismo a determinar entonces en una reunión internacional, que tendrá en cuenta "la voluntad de la gente", "las opiniones de las autoridades adecuadas", pero ningún compromiso en firme.

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