El presidente del Parlamento asturiano demora su "renuncia" pese a ser candidato frente a Marqués
La ejecutiva del PP asturiano aprobó ayer la formalización, posiblemente mañana -después se debatirá en un plazo de seis o siete días-, de la moción de censura contra el presidente del Principado, Sergio Marqués, a sabiendas de que será derrotada, al no disponer de la mayoría absoluta en el Parlamento ni de apoyos. Esta decisión tendrá un coste adicional para los populares, ya que es probable que pierdan la presidencia de la Cámara: Ovidio Sánchez, candidato en las elecciones de junio, confirmó ayer que "renunciará" a ella, aunque, de momento, está demorando ese paso.
El PP iniciará hoy una ronda de contactos con las demás fuerzas para negociar un Gobierno alternativo al de Sergio Marqués. Ovidio Sánchez, su presidente en funciones, aseguró ayer que su partido está abierto a cualquier alternativa: un Ejecutivo monocolor, de coalición o de concentración. Se trata, reiteró, de "intentar normalizar la vida institucional democrática", puesta en cuestión y vulnerada por la permanencia al frente de la comunidad de un Gobierno sin respaldo parlamentario desde que el 19 de junio de 1998 el PP le retiró su confianza. Desde entonces, Marqués sólo cuenta con el apoyo de cinco de los 45 diputados de la Junta General (Parlamento).La moción de censura, sin embargo, no prosperará. Con 16 escaños de los 45, el PP precisa el respaldo de siete más para lograr la mayoría absoluta y nadie está dispuesto a refrendar una iniciativa que, a tres meses y medio de las elecciones y mes y medio de la disolución de la Cámara, consideran puramente "electoralista". Sánchez sostuvo ayer que, en definitiva, "la moción nunca se pierde" porque, aun derrotada, "el PP gana por el mero hecho de presentarla". "Es una obligación que tenemos para normalizar la vida democrática ante un Gobierno tránsfuga", afirmó; "estamos defendiendo una institución que representa a todos los asturianos".
Perjuicio doble
El PP puede resultar doblemente perjudicado. No sólo es ya seguro que la medida contra Marqués no saldrá adelante, sino que hay muchas posibilidades de que los populares pierdan la presidencia del Parlamento. Pese a haber adoptado una postura dilatoria, Sánchez reiteró ayer que, aun cuando el reglamento no le obliga, pondrá de inmediato su cargo de presidente a disposición de los grupos para defender la moción, en la que se postulará como candidato del PP para un nuevo Gobierno.Sánchez en ningún caso utilizó la palabra "dimisión". Se limitó a hablar de "puesta a disposición". Incluso no descartó que llegue a defender la moción sin haber abandonado la presidencia del Legislativo. Pero, finalmente, ante las reiteradas preguntas de los periodistas, admitió que, gane o pierda la moción, "renunciará" a seguir presidiendo la Cámara.
Ésta es una exigencia que IU viene planteando a Sánchez desde que el 3 de diciembre fue ratificado como candidato del PP para los comicios autonómicos. IU sostiene que no debe rivalizar como tal quien ostenta un cargo moderador e institucional. El propio Marqués le recordó que Juan Ignacio Barrero ha abandonado la presidencia del Senado tras ser proclamado candidato para Extremadura.
El vicepresidente primero del Gobierno central, Francisco Álvarez Cascos, entonces aún secretario general del partido, sostuvo el 2 de enero, en Oviedo, que no existe razón que exija la dimisión de un presidente parlamentario por el simple hecho de concurrir a unas elecciones.
El PP pretende pactar con los demás grupos seguir ostentando la presidencia de la Junta General. Sánchez recalcó ayer que el PP fue la fuerza más votada en las últimas elecciones y que su esfuerzo por "dignificar las instituciones" no debe conllevar ese sacrificio adicional.
Sánchez, con todo, admitió también que el PP consideraría otras posibilidades. Hoy ya no es el partido principal. Perdió esa condición el 19 de octubre con la escisión de los marquesistas. Desde entonces cuenta con 16 diputados, uno menos que el PSOE. Por añadidura, la izquierda, con dos diputados socialistas y uno de IU frente a los dos populares, es mayoritaria en la Mesa. Y en los últimos meses, precisamente, el PSOE e IU han emprendido un lento y dificultoso, pero gradual, proceso de reconciliación ante la inminencia de la cita con las urnas.
Ocho meses después
La tardanza en el anuncio de la moción -más de ocho meses desde que el PP expulsara a Marqués y de siete desde que le sancionó con ocho años de suspensión de militancia- volvió a ser justificada por Sánchez en función de su reciente afiliación a la formación promovida por sus seguidores, la Unión Renovadora Asturiana (Uras), de la que el sábado fue proclamado presidente y candidato. "Hasta ahora Marqués seguía siendo afiliado del PP y había presentado recursos contra su sanción que aún no habían sido resueltos. Pero con su entrada en la Uras se desvincula totalmente del partido y se convierte en un tránsfuga porque se lleva consigo los votos y escaños que obtuvo en una lista del PP", concluyó Sánchez. El alcalde de Oviedo y presidente del PP local, Gabino de Lorenzo, juzgó el comportamiento de Marqués como "un caso de transfuguismo químicamente puro". "Toda fuerza política", apostilló a continuación en apoyo de la moción, "tiene la obligación de combatir el transfuguismo". De Marqués opinó además que fue "un lastre para el PP" y que sin él no sólo habría ganado en 1995, sino que lo habría hecho con mayoría absoluta: "Fue un error presentarlo. Los que le conocíamos le votamos apretando los dientes".Marqués contraatacó calificando de "esperpento" la moción. La respeta, matizó, porque es legal, pero también la tacha de "increíble" a poco más de cien días de las elecciones. A Sánchez no quiso valorarlo "para no convertir la política en una pura situación de enfrentamientos personales con intrigas palaciegas y cuchicheos al oído sobre difamaciones".
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