Eternos naturales
Los eternos naturales que le dio Manolo Sánchez al sexto, el noble Nochebuena, parecían de película en cámara lenta. Aunque con el capote sólo esbozó el trazo de la verónica, con la muleta se creció cuando aguantando se acopló a la asombrosa lentitud con que caminaba la res.Su faena la inició trasteándola con suavidad por alto, y en la segunda tanda por abajo empezaron los lentos circulares y cambios de mano por delante. Después vendrían tres colosales series de naturales moviendo la franela con una precisión y delicadeza que más parecía ficción que realidad, que hizo que la afición se deleitara con la lentitud de su toreo. Emocionó a los tendidos porque ejecutó un toreo de arte puro y verdadero. Faenas como ésta son las que calan hondo en el gusto de la afición mexicana.
Carranco / Gutiérrez , Silveti, Sánchez
Toros de Carranco (regalo del sobrero); desiguales de presencia, descarados y débiles; 2º, 3º y 6º aplaudidos en el arrastre por dóciles; resto, descastados y difíciles, pitados en el arrastre.Jorge Gutiérrez, Alejandro Silveti y Manolo Sánchez, con toros de Carranco (regalo del sobrero): desiguales de presencia, descarados y débiles; 2º, 3º y 6º aplaudidos en el arrastre por dóciles; resto, descastados y difíciles, pitados en el arrastre. Jorge Gutiérrez: pinchazo y estocada delantera (palmas); tres pinchazos y estocada atravesada (abucheos); media estocada (palmas). Alejandro Silveti: pinchazo y estocada (aplausos); pinchazo, media estocada y seis descabellos (silencio). Manolo Sánchez: media estocada trasera (ovación y salida al tercio); estocada desprendida (oreja). En el toro de regalo se destocó el peón Alfredo Acosta por dos buenos pares de banderillas. Monumental Plaza México, 28 de febrero. 18ª corrida de la temporada grande 98-99. Media entrada.
Con el codicioso tercero, que dobló las manos tres veces, el vallisoletano inició valientemente su trasteo de rodillas, y de pie trató de dominar al animal por el derecho sin conseguirlo. Lo bueno vino por el izquierdo, por donde el bovino sí obedecía los vuelos del engaño, y allí dio la primera lección del pase natural.
Relajado
Valientemente de espaldas saludó Alejandro Silveti con una tafallera al alegre segundo, y también por la espalda con un pase cambiado inició su labor muleteril para continuar con elegantes estatuarios. Aunque al cornúpeta le faltó un puyazo y terminó con la cabeza alta derrotando, Silveti bajó y corrió la mano derecha enhebrando redondos y relajado toreó por naturales.Al áspero quinto, que dobló cinco veces las manos, el moreliano le quiso hacer el buen toreo, empezando su trasteo con el péndulo y con redondos y naturales, pero el bicho había salido a defenderse, por lo que acertadamente optó por lidiarlo.
Jorge Gutiérrez mandó a sus picadores Luis Miguel Chaves e Ignacio Meléndez a que le pegaran duro a los adversarios de su lote y acabaron con la poca fuerza que tenían. No pudo domeñar al parado que abrió plaza, que dobló siete veces las manos y en tres ocasiones permaneció echado en la arena buen rato. Al recibirlo con el capote lo lanceó apurado, pues el morlaco le repetía con ahínco. En el último tercio el antagonista lo buscaba y, como punteaba por el izquierdo, le atropellaba la pañosa.
El soso cuarto salió a defenderse y el hidalguense quiso lucirse. Inició su quehacer con la bayeta con doblones rodilla en tierra, molinetes y derechazos, pero tanto lo alargó que acabó aburriendo a la concurrencia, que terminó abucheándolo.
Ante su fracaso, y queriendo emular el triunfo de Manolo Sánchez, Jorge Gutiérrez regaló el pequeño y aplomado sobrero. Aunque le echó casta y puso empeño, volvió a aburrir al respetable al alargar su labor.
A Jorge Gutiérrez le tocó lidiar los tres astados más malos de la ganadería de sus suegros y nada pudo hacer.
Babelia
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