Mueren los 61 ocupantes de un avión chino que cayó poco antes de aterrizar

Los 61 ocupantes de un avión de pasajeros chino murieron ayer al estrellarse el aparato cuando se preparaba para aterrizar en el aeropuerto de Wenzhu, en el este del país. "No hay ningún cuerpo que haya quedado completo", señaló un médico que trabajaba con los equipos de rescate. El avión siniestrado era un Tupolev 154 de fabricación rusa con capacidad para 160 pasajeros. China sufrió una serie de desastres aéreos a principios de la década, pero llevaba casi dos años sin accidentes graves.

Las circunstancias del siniestro del avión de la China Southwest Airlines no estaban del todo claras. En un primer momento, la agencia de noticias Xinhua informó de que el Tupolev había estallado en el aire cuando enfilaba el aeropuerto de destino, pero en posteriores despachos señaló que estalló dos o tres segundos después de precipitarse contra el suelo. Dos técnicos de aviación dijeron que el aparato cayó en picado al suelo y luego estalló, a unos 30 kilómetros de Wenzhu.Un médico que formaba parte de los equipos de rescate dijo que la zona donde cayó el aparato estaba llena de chatarra y restos de cuerpos humanos. "No hay ningún cuerpo que haya quedado completo", subrayó. Dos agricultores que estaban en el área sufrieron heridas leves. Cientos de personas rastreaban la zona y no hubo información de que se hubiera recuperado la caja negra.

El avión procedía de Chengdu, capital de Sichuan, y era uno de los cientos de aparatos que en estos días devuelven a los viajeros a sus lugares de residencia tras haber pasado con sus familiares las tradicionales fiestas del Año Nuevo chino, que provocan éxodos masivos por todo el país.

China sufrió varios accidentes graves en la primera mitad de esta década, años en que a los percances de este tipo se sumaban los secuestros de aviones. El más mortífero de aquellos accidentes costó la vida a 160 personas: fue también un Tupolev 154 que cayó a tierra al poco de despegar del aeropuerto de Xian, en el centro del país. El anterior desastre aéreo se produjo en mayo de 1997, cuando un Boeing 737 de la misma Southern Airlines se estrelló en el aeropuerto de Shenzhen, cerca de Hong Kong. Entonces murieron 35 personas, 21 de las cuales eran tailandeses.

Horas antes del siniestro de ayer trascendió que China va a invertir 1.200 millones de dólares (algo más de 180.000 millones de pesetas) para mejorar sus sistemas de control aéreo. Pekín pretende sustituir los 37 centros de control aéreo del país por otros diez más grandes.