_
_
_
_
_

Aumenta la presión sobre Blair por el informe del racismo policial

Los esfuerzos del Gobierno laborista de Tony Blair para frenar la furiosa ola de críticas a su indisimulada defensa de prácticas racistas en la policía de Londres serán puestos hoy a prueba con la publicación oficial de un informe que pone en seria duda la imparcialidad y benevolencia de Scotland Yard y de los tribunales británicos a la hora de analizar y juzgar la conducta de los bobbies en el caso de Stephen Lawrence. Lawrence, de 18 años y descendiente de jamaicanos, fue acuchillado en 1993 por un grupo de blancos, que no han sido condenados por la supuesta inexistencia de pruebas de un crimen a todas luces perpetrado con alevosía y premeditación.Jack Straw, el ministro del Interior y mano derecha de Blair, intentó en vano suprimir los extractos del informe, preparado por sir William McPherson, que señalaban actitudes racistas e ineptitud de la policía en los casos que afectan a ciudadanos no blancos. La actitud del ministro fue condenada desde casi todos los sectores del espectro político británico con un inusitado ardor, que conjuga el descontento tanto de la oposición conservadora como de los laboristas de izquierda. La prensa británica volvió ayer a pedir explicaciones al Gobierno acerca de las excusas que se inventó Straw para tratar de evitar la publicación anticipada del informe sobre las verdaderas raíces del asesinato de Lawrence.

Sir Paul Condon, el jefe de la policía metropolitana de Londres, ha admitido que existen ciertos elementos de verdad en las acusaciones de racismo que afectan al cuerpo, pero ha anticipado que no piensa dimitir. La presión para que lo haga va en aumento, ya que organizaciones defensoras de los derechos civiles han iniciado una cruzada para reformar el sistema policial. Condon ha propuesto la creación de brigadas de policías de civil, cuya misión sería la de controlar si verdaderamente existen agentes del orden hostiles a las diversas minorías étnicas.

Hoy se conocerá el informe y, posiblemente, el plan del Gobierno para eliminar la generalizada impresión de que los policías de Londres ven a los no blancos con sospecha injustificada y, por tanto, proceden con el máximo rigor que les otorga el uniforme.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_