Vivir en casa verde
Dicen los arquitectos chinos: "Busca un buen terreno para la construcción y no ofendas a la naturaleza con tu creación". Éstas han sido, fundamentalmente, las dos premisas con las que empezó a trabajar Javier Segarra, arquitecto, experto en bioconstrucción y planificador del primer barrio ecológico, que ha sido construido en la localidad castellonense de La Vall d"Uixó. Cuando planeó las 23 viviendas ecológicas de la urbanización Mirador de San José todo parecía, precisamente, un cuento chino. Materiales naturales, reciclables, no contaminantes, maderas, polipropileno, ausencia total de PVC, placas solares... algo muy lejano a la imagen del hormigón. Vicente, Juani y la hija de ambos, Lledó, se han convertido en los primeros habitantes del barrio. Para Juani Martínez, la elección no planteó dudas. El lugar, dentro del municipio y con vistas a las grutas de San José, es ideal. "Lo primero que nos gustó fue el solar y el tipo de construcción, distinta a la que estamos acostumbrados", explica. A ello se une su aportación a la conservación del medio ambiente. "El poder hacer algo por los demás también contribuyó y, aunque puede que no sea mucho, si cada uno hiciéramos algo...", añade. Juani relata cómo, también en el interior, han intentado respetar, al máximo, la concepción ecológica de su nueva vivienda. Han utilizado pintura ecológica y transpirable para toda la casa. "Hay gente que piensa que esto no tiene nada que ver y es muy importante porque estás todo el día en contacto con ella", dice. Todas las bombillas de la casa son de bajo consumo y aunque le hubiera gustado llegar a más, "por ejemplo que las puertas no fueran lacadas", argumenta que todavía existen muchos límites. La separación de basuras es algo cotidiano ya en su vida. Ahora, únicamente, tiene una casa más preparada para esta tarea. Además, ha intentado dar al interior de su vivienda un tono rústico que decora la ecología de la construcción. "Yo soy consciente de que voy a vivir en una casa ecológica en la que voy a ahorrar mucha energía por su orientación y el aprovechamiento del calor solar. Además, no le veo ningún inconveniente, sólo la ventaja de vivir de una forma más sana", añade. Una de las habitaciones que más luz recibe será para la pequeña de la casa, Lledó, quien, según asegura su madre, deja patente la llegada de una generación más comprometida: "Ella sabe perfectamente que viene a vivir a una casa ecológica y está muy ilusionada". Otra de las familias que habitará en el barrio es la formada por Puri, Boni, y las hijas de ambos, Blanca y Helena. Las pequeñas, de cuatro y tres años todavía no son conscientes de las peculiaridades de la vivienda y sólo piensan en jugar en el jardín. Las costumbres de sus padres sólo variarán en una cosa. A partir de ahora, utilizarán bombillas de bajo consumo. Para ellos, la separación de las basuras es habitual. "Es lo mínimo que puedo hacer", dice Puri. "Le doy la importancia que tiene y tendremos en cuenta que vivimos en una casa ecológica, pero ello no supone ningún inconveniente", asegura. Los padres de Puri también se trasladarán en breve al Mirador de San José. Les costó decidirse "pero ahora están más ilusionados que todos juntos". Sin embargo, también hay quien decidió comprar la casa sólo por el lugar y la estructura unifamiliar. De hecho, el sistema de captación de la energía solar y su utilización para calentar el agua todavía resulta desconcertante para algunos. "Sale ardiendo", asegura con sorpresa el padre de uno de los próximos inquilinos. Tampoco el sistema de tuberías, que recoge agua de lluvia y distribuye el suministro desde varios depósitos, deja de extrañar. "Estoy segura de que hay quien piensa que no tenemos desagües", dice Juani, mientras Puri atestigua que "la gente no tiene una idea clara de lo que es un barrio ecológico". Para el arquitecto, Javier Segarra, ésta no es más que "la demostración de cómo puede crecer una ciudad con elementos que no agreden al entorno".
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