Noche fría

El pasado 12 de febrero, sobre las diez y media de la noche, fallecía la madre de mi marido en la planta novena -oncología- del hospital de la Princesa. Pasada una media hora, una médico certificó la defunción y al rato dos personas nos pidieron que saliéramos de la habitación para proceder a la preparación del cadáver.En esta operación se invirtió, calculo, al menos una hora, durante la cual la ventana estuvo abierta de par en par, supongo que para evitar olores desagradables. Era una noche muy fría. Los termómetros de Madrid marcaron dos grados de mínima.

Todos estos preparativos, absolutamente necesarios y que la familia por supuesto valora y agradece, se realizaron en la misma habitación que ocupaba la fallecida, una habitación doble en la que, separada por una cortinilla de tela, había una segunda cama ocupada por otra enferma en estado grave, pero con sus facultades mentales intactas.

¿Sobran las palabras o es necesario preguntar por qué el cadáver no fue conducido discretamente desde la habitación a un habitáculo destinado a la realización de esta tarea... o es que acaso ese habitáculo no existe? ¿Por qué esa otra enferma tuvo que conocer "en vivo y en directo" lo que en breve se hará con su cuerpo, mientras de paso, presumo, se quedaba aterida de frío?-