Los pobres y la deuda
(...) La campaña para reducir la deuda de los países más pobres del planeta que lanzara un grupo de organizaciones humanitarias bajo el nombre de "Jubileo 2000" (...) es bienvenida. Aprovechar el 2000 para dar "una nueva salida" a los países menos avanzados es una buena idea. Aunque la anulación de los compromisos de 41 países en un solo año (...) sea poco realista, la iniciativa puede servir para poner en evidencia la hipocresía de los países ricos (...). Los promotores del "Jubileo 2000" sugieren que toda reducción de la deuda tiene que estar ligada a ciertas condiciones. Se tiene que estudiar caso por caso. No puede ser una incitación para que países solventes (...) dejen de pagar. Tiene que favorecer al conjunto de las poblaciones, no sólo a sus élites. Anular la deuda de Sudán contribuiría más a financiar la guerra civil que a aligerar las dificultades de los sudaneses. Las condiciones del FMI y del Banco Mundial son muy rígidas; se tienen que flexibilizar y enmendar; pero no suprimir. La actitud de los países ricos resulta algo indecente. Aprovechando la crisis de los países emergentes, (...) siguen enriqueciéndose, mientras el foso con los más pobres sigue creciendo. Cada vez más ricos, los más ricos ayudan menos a los más pobres, cada vez más pobres. La ayuda pública para el desarrollo está en caída libre. La de los países de la OCDE (...) sólo representa el 0, 22% de su PIB (...). Los debates en el G-7 (...) provocarán una escalada de propuestas para anular la deuda de los países pobres. (...) La generosidad tiene un precio que los países ricos y su población tienen que aceptar pagar. (...), 19 de febrero
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