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Ostrogorski en Euskadi

Las ideas de un partido que logre mayoría absoluta en las elecciones ¿pueden tener el apoyo de tan sólo una minoría de ciudadanos? ¿Pueden los puntos de vista de un partido en minoría gozar del apoyo de la mayoría absoluta de los electores?Descendamos a la realidad política del País Vasco. Recordemos que el bloque nacionalista -integrado por PNV, Euskal Herritarrok y Eusko Alkartasuna- obtuvo el 54% de los votos en las elecciones autonómicas de octubre. ¿Implica ese resultado que la mayoría de los vascos respaldan las tesis independentistas que defienden los partidos nacionalistas (incluido el PNV, cada vez más próximo a EH)?

La paradoja de que un partido mayoritario defienda ideas que conciten sólo el apoyo de una minoría de ciudadanos fue enunciada en 1902 por Moisés Ostrogorski, un emigrado ruso afincado en París, en su diatriba contra el sistema de partidos La democracia y la organización de los partidos políticos (pueden encontrarse más detalles en Compound majority paradoxes and proportional representation, de Hannu Nurmi, en European Journal of Political Economy, volumen 13, 1997). La paradoja, relacionada pero distinta a la de Arrow sobre mayorías cíclicas, no precisa que el partido mayoritario mantenga una jesuítica ambigüedad antes de las elecciones y abrace después ideas más radicales. Nace del carácter indivisible de los programas electorales, que obliga a muchos electores a votar por el partido que en conjunto más les agrada, aunque defienda algunas ideas en las que otro partido -al que, sin embargo, no votan- refleje mejor sus inclinaciones. Ese rescoldo de insatisfacción, aunque no altere la elección de partido (¡nadie es perfecto!), puede hacer mayoritaria la opinión del partido derrotado.

Es verosímil que en el País Vasco muchos electores tomen en cuenta tres grandes cuestiones al escoger partido: 1. Su grado de localismo; 2. Su actitud respecto a la independencia; 3. Su grado de conservadurismo económico y religioso. Pues bien, cabe pensar que una parte de quienes votan al PNV como partido vasco (cuestión 1) y conservador (cuestión 3) no compartan su reciente secesionismo (cuestión2).

La paradoja de Ostrogorski tiene su trasunto judicial en la llamada "doctrinal paradox": un tribunal de tres jueces puede condenar a un demandado aunque las premisas de la condena (¿existió contrato? ¿hubo incumplimiento?) sean rechazadas por una mayoría de magistrados. Pero acaso otro ejemplo más cotidiano ilustre mejor la actitud independentista del PNV y su relación con la paradoja de Ostrogorski: muchos socios de un equipo (digamos, el Atlético... de Madrid) pueden apoyar ciegamente a sus colores aunque abominen de las ideas de su presidente.

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