Otegi: "Vendrán a Euskal Herria aunque tengamos que ayudarles a cruzar clandestinamente la frontera"

El líder de EH, Arnaldo Otegi, criticó ayer que el ministro del Interior, Jaime Mayor, "y todos los partidos españoles" se hayan puesto "como fieras" ante la decisión adoptada por el Parlamento vasco de ceder su sede a la autodenominada Asamblea kurda en el exilio. "[Dichos parlamentarios] vendrán a Euskal Herria", advirtió, "aunque tengamos que ayudarles a cruzar clandestinamente la frontera". El dirigente nacionalista radical añadió que "la democracia imperante en el Estado español es un calco de la democracia turca, que nadie en Europa se atreve a avalar".Otegi concluyó: "Si ellos se atreven a decir que ejercerán sus competencias constitucionales en materia de política exterior, si se atreven a decir que tratarán por todos los medios de impedir que esa reunión se celebre en Euskal Herria, desde la izquierda abertzale tenemos que decirles que los vascos somos soberanos para tomar nuestras propias decisiones y hemos decidido ofrecer nuestra solidaridad al pueblo kurdo".

A su vez, el líder del PNV, Xabier Arzalluz, sugirió en Barcelona que el Gobierno vasco podría compensar económicamente a las empresas de su comunidad que resulten perjudicadas comercialmente por una eventual represalia de Turquía ante la determinación de la Cámara de Vitoria. "Ésta", dijo Arzalluz, "es una decisión moral y colectiva. No podemos perder la dignidad". Arzalluz se refirió a la empresa Expal, fabricante de armamento, que exporta a Turquía y que en su día recibió una ayuda de 700 millones del Ejecutivo vasco. "Hay que estar a las verdes y a las maduras", dijo el dirigente peneuvista, quien horas antes había expresado, en declaraciones a Catalunya Ràdio, su deseo de que Turquía deje de importar armas de Euskadi. "Todos sabemos dónde terminan: masacrando kurdos", enfatizó.

Los nacionalistas catalanes Pere Esteve y Josep Antoni Dura y el gallego Xosé Manuel Beiras brindaron su apoyo a los vascos en esta controversia y acusaron al PP y el PSOE de carecer de sensibilidad democrática por oponerse a la decisión de Vitoria.

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, expuso una posición más matizada. Así, expresó su solidaridad con el pueblo kurdo y su respeto al Parlamento vasco, pero apuntó que no consideraría conveniente ni oportuno que la Asamblea kurda se reuniera en el catalán.