Guinea vincula a los misioneros en una conspiración contra Obiang
El Gobierno de Guinea Ecuatorial, a través del gobernador de Bata, Santiago Bibang, ha iniciado una campaña de acoso e intimidación contra los religiosos españoles residentes en el país. El 1 de febrero, Bibang les reunió y les hizo saber que tenía conocimiento detallado de un plan de desestabilización del régimen organizado desde España y que las armas para atentar contra los dirigentes guineanos podían estar en manos de cualquiera de los religiosos. El gobernador de la segunda ciudad del país les ha prohibido desplazarse fuera de sus residencias hasta el 7 de marzo (fecha de las elecciones legislativas) y ha solicitado a la población que esté alerta y denuncie cualquier movimiento sospechoso."Antes de cualquier elección, el Gobierno difunde noticias alarmantes. Estábamos acostumbrados, pero esta vez se ha ido muy lejos", asegura una fuente en Madrid. "El objetivo es claro", aseguran desde la oposición democrática, "tratan de condicionar las legislativas del 7 de marzo e impedir con coacciones la presencia de observadores españoles".
Las acusaciones contra los misioneros parten de dos casos concretos. Al padre Anselmo, salesiano con 20 años de trabajo en Guinea Ecuatorial, se le culpa de otorgar créditos agrícolas para una explotación de piña a la oposición. Este misionero es, además, el administrador de Cáritas en el país. Al capuchino José Endongo se le acusa de financiar al partido opositor Convergencia para la Democracia Social (CPDS), al contratar a Amancio Nsé, dirigente de ese grupo y destacado arquitecto, para efectuar unas obras en la parroquia en Nbini.
El número de misioneros españoles en Guinea es de 250, la mayoría de ellos en el continente.
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