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Pujol bloquea la Carta Municipal en represalia por la carga del PSC contra Comas

El Gobierno catalán ha decidido bloquear la aplicación de la Carta Municipal de Barcelona y varios nombramientos del Fòrum 2004 en respuesta a la anunciada presentación por el PSC de una denuncia contra el consejero de Bienestar Social, Antoni Comas, por la polémica de los geriátricos. La reacción del consistorio barcelonés fue inmediata, y criticó al Gobierno de CiU por supeditar los intereses de la ciudad a "un contencioso con un consejero". El PSC pidió ayer en el Parlament la dimisión de Comas por su encono contra los ayuntamientos, en particular el de Barcelona, y el del consejero de Industria y Turismo, Antoni Subirà, por su pasividad ante las irregularidades en el Consorcio de Turismo.

Jordi Pujol no ha titubeado a la hora de tomar represalias por la carga de los socialistas contra el consejero Comas. El Gobierno catalán ha dejado en suspenso temporalmente el nombramiento de sus representantes en algunos de los organismos que han de desarrollar la Carta Municipal de Barcelona y en el futuro consorcio del Fòrum 2004, dos asuntos que son de máxima prioridad para el alcalde Joan Clos. El consejero de Presidencia de la Generalitat, Xavier Trias, fue preciso y contundente ayer al anunciar que esa suspensión era la respuesta del Gobierno de Pujol a la "falta de sentido común y de corrección política" de los socialistas, que por la mañana habían pedido en el Parlament la dimisión de Comas, en una bronca interpelación, y hoy presentarán ante la fiscalía del Tribunal Superior una denuncia contra este consejero. "El ambiente de crispación que están promoviendo los socialistas no es el más adecuado para hacer esos nombramientos", explicó Trias. Luego acusó al PSC de "cometer el error de judicializar la vida política". La Generalitat, apuntó Trias a renglón seguido, no nombrará a sus representantes en el Fòrum 2004 y la Carta Municipal mientras no decaiga el "ambiente de crispación". La reacción del Ayuntamiento de Barcelona no se hizo esperar y un portavoz criticó ayer que el Gobierno catalán mezcle una polémica con los intereses de la ciudad: "No se entiende cómo un contencioso [el de Comas] puede hacer derivar el desarrollo de la Carta y del Fòrum". La dureza de esta reacción del Gobierno nacionalista no impidió que Comas tuviera que hacer frente en solitario en el Parlament a la arremetida del diputado del PSC Joan Ferran y, en menor medida, del republicano Jordi Portabella por marginar a la ciudad de Barcelona en la creación de plazas de geriátricos. Ferran acusó a Comas de "hostigar" al ex alcalde Pasqual Maragall y a la tercera teniente de alcalde, Eulàlia Vintró, y de estar "obsesionado" con el Ayuntamiento de Barcelona desde la época en que fue concejal y torpedear conscientemente con obstáculos administrativos la relación con él, con el objetivo de presentarlo ante los ciudadanos como el responsable de la poca inversión del Departamento de Bienestar Social en la capital catalana. Comas se defendió acusando a Ferran y Clos de decir mentiras, y a Maragall de carecer de sensibilidad social, y dijo que todas las acusaciones que el PSC, IC-Verds y ERC vierten contra él son falsas y no tienen otro objetivo que levantar una cortina de humo para ocultar las insuficiencias de su gestión. Eso provocó una intervención del jefe del grupo parlamentario del PSC, Joaquim Nadal. "Ningún otro miembro del Gobierno plantea las relaciones con la oposición en términos de verdad o mentira. Ningún otro llama mentirosos a los alcaldes. Ningún otro tiene los problemas con los ayuntamientos que tiene Comas", dijo. PÁGINA 4

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