Estados Unidos teme una oleada de inmigrantes que huyen del "Mitch"
Las autoridades de Estados Unidos están haciendo la vista gorda a los miles de ciudadanos centroamericanos que están llegando a su país a causa de los efectos del huracán Mitch, a pesar de que la mayoría de ellos no reúnen los requisitos para permiso de refugiado temporal. Los funcionarios de la Policía de Fronteras y del Servicio de Inmigración y Naturalización aseguran que, hasta el momento, su flujo ha sido controlable. Sin embargo, agentes destinados en la frontera estiman que esta actitud laxa está enviando un mensaje equivocado a los países de Centroamérica, que Estados Unidos ha abierto sus puertas. Eso, aseguran, traerá más inmigrantes. Los escapados del huracán provenientes de Honduras, Nicaragua, Guatemala y El Salvador están cruzando en su mayoría a través de Tejas después de un arduo viaje a través de América Central y México a pie, en autobús, en trenes de mercancías o en autoestop. Muchos relatan que han sido robados o apaleados por los policías o funcionarios de inmigración mexicanos. A menudo han pasado hambre, insolación y agotamiento durante sus largas marchas hacia el Norte, sólo para ser estafados en la frontera con EEUU por los guías mexicanos conocidos como coyotes.
Los inmigrantes aseguran que quieren trabajar en Estados Unidos para poder enviar dinero que ayude a sus familias a empezar de nuevo. Uno de los objetivos que repiten es reparar o reconstruir una casa que resultó dañada o arrasada por las inundaciones y riadas de barro que desató el Mitch. "El huracán me dejó en la calle", dice Joel Ramos Cruz, un hondureño de 18 años detenido por la Policía de Fronteras la semana pasada.
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